Los nuevos confirmandos recibieron el Espíritu Santo en la Eucaristía de Pentecostés que tuvo lugar el domingo, día 23, en la Catedral de Granada.
El domingo, 23 de mayo, tuvo lugar la celebración de la Solemnidad de Pentecostés en el templo catedralicio, una jornada propicia en la que un grupo de jóvenes provenientes de la parroquia de Peligros recibieron el sacramento de la Confirmación de manos de nuestro Arzobispo, Mons. Javier Martínez que les impuso las manos y la unción en la frente con el Santo Crisma.
Catequistas y familiares fueron testigos de este momento importante para la vida de los nuevos confirmandos en el que el catecúmeno completa la iniciación cristiana compuesta por los sacramentos de Bautismo, Primera Comunión y finalmente la Confirmación.
RECIBIR LA VIDA DIVINA
Durante su homilía, Mons. Javier Martínez destacó que la Confirmación es la recepción de la vida misma del propio Dios como un don: “Ser cristiano es algo que merece la pena porque es un camino de vida. Lo que recibís de una manera más plena porque lo habíais recibido ya en el Bautismo para siempre. Recibís la vida divina, por lo tanto podéis acogerla y darle gracias a Dios por ello.
Asimismo, explicó a los nuevos confirmandos que la principal gracia que se recibe en el sacramento es un “nuevo aliento” y el amor de Dios: “Os digo hijos con toda conciencia porque lo que os transmito a través de mis pobres manos es la vida misma de Dios. Espíritu significa aliento y era la señal en la antigüedad de que uno estaba vivo, por eso este aliento es la vida de Dios. La vida es un don de amor, la razón por la que nos comunica la vida es el amor de Dios, es la primera gracia que Él nos da”.
Por último y antes de llevar a cabo el signo del sacramento nuestro Arzobispo resaltó que el “te quiero de Dios” es para siempre y la importancia de los gestos pequeños: “Como somos humanos tenemos necesidad de esta vida que Jesucristo ha venido a regalarnos. El don del Espíritu Santo es el “te quiero” de Dios, cuando se entrega a nosotros es algo eterno, desde siempre y para siempre. Acoged ese amor y dejar que os colme y de fruto en la belleza de vuestras vidas. No despreciéis la pequeñez de los gestos”.
María José Aguilar
Secretariado de Medios de Comunicación Social