El Presbítero y Capellán Real D. Mariano Granados Casares acaba de ser llamado a la Casa del Padre. Nacido en Puente Genil, pasó la mayor parte de su niñez y toda su juventud en el pueblo de Chauchina y en el Seminario de Granada, en donde se afianzaron y crecieron las virtudes recibidas en el seno de su familia cristiana.
Accedió al Sacramento del Orden Sacerdotal, a los veinticuatro años y cinco días de su nacimiento. Los trabajos ministeriales los desempeñó, con gozoso y ardiente celo apostólico, en varios pueblos, muy pobres entonces, de la Zona del Temple Granadino. Años más tarde, marchó a Venezuela, en donde desarrolló una fecunda labor apostólica, como lo demuestran varios documentos, que aquellos cristianos, agradecidos por su alegre y generosa entrega, le dedicaron, y que su hermana, Inmaculada, guarda y conserva con entrañable amor. En Venezuela, dos miembros de esta misma familia, y también sacerdotes, Miguel Ángel y Jesús, quedaron sepultados en aquellas lejanas tierras de la América Hispana, además de una hermana religiosa; allí esperan el día glorioso de la Resurrección de la carne, prometido por el Señor en su Evangelio.
D. Mariano, a su regreso a España, formó parte del Cabildo de la Capilla Real de Granada, en donde se ha distinguido por su trato alegre, cordial y afable tanto con los compañeros sacerdotes, como con los empleados de dicha Institución. En D. Mariano han brillado siempre no sólo las virtudes sacerdotales y cristianas, sino también las humanas, que han de ser el apoyo de las espirituales, según el conocido adagio que dice: “Un santo triste es un triste santo”.
Conservo el recuerdo del cariñoso y masivo homenaje que el 26 de septiembre de 2004 le tributó el pueblo de la Malahá, nombrándole hijo predilecto, por la labor, tanto espiritual como social, que llevó a cabo en dicha población, por su iniciativa en la construcción de una barriada con 60 viviendas, un grupo escolar y los domicilios de los maestros. El alcalde del pueblo hizo de D. Mariano estas elogiosas palabras: “Sería necesario que hubiera un D. Mariano en todos los pueblos de España”.
¡Que el Señor reciba en las moradas celestiales, como hijo amado, a quien fue párroco de la Malahá, y recibió el nombramiento de “Hijo predilecto” del referido pueblo!
Santiago Hoces