“Tú y Tu Resurrección nos da la posibilidad de una alegría que nada ni nadie pueden destruir”

Alocuciones de Mons. Javier Martínez en la Plaza de las Pasiegas ante las Sagradas Imágenes cuyas hermandades salieron en procesión en el Domingo de Resurrección.

1.- NUESTRO SEÑOR DE LA RESURRECCIÓN Y SANTA MARÍA DEL TRIUNFO

Tu Pasión nos descubre qué significa vivir en este mundo de pecado y muerte

La Semana Santa no comienza, como la gente se cree, o pueden creerse muchas personas, el día del Domingo de Ramos. La Semana Santa comienza la mañana de Pascua. Porque es la mañana de Pascua la que arroja su luz sobre la Pasión y sobre la Muerte de Cristo. Si no, no habría nada que celebrar. Una muerte más de una víctima más de los millones de víctimas que hay en la historia humana; que hay todos los años en nuestro mundo. Víctimas inocentes, condenadas injustamente, vidas destruidas, familias desarraigadas, rotas, muertas. Qué habría que recordar en eso, y sobre todo qué habría que recordar con música, si Tú, Señor, no hubieras vencido a la muerte.

Es la mañana de Pascua la que arroja su luz y hace que tu Pasión nos abra el camino a la Gloria y nos descubra qué significa vivir en este mundo de pecado y de muerte. Por eso Te damos gracias y Te pedimos que esa luz de la Pascua ilumine todas nuestras vidas. También nuestras cruces, también nuestros viacrucis, nuestros dolores, nuestros sufrimientos, nuestras pasiones.

Padrenuestro

Que estás en el Cielo

Santificado sea tu Nombre

Venga a nosotros tu Reino

Hágase tu Voluntad

En la tierra como en el Cielo

Danos hoy nuestro pan de cada día

Perdona nuestras ofensas

Como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden

No nos dejes caer en la tentación

Y líbranos del mal.

Amén.

+ Javier Martínez
Arzobispo de Granada

5 de abril de 2015
Plaza de las Pasiegas

 

2.- SANTÍSIMO CRISTO RESUCITADO Y NUESTRA SEÑORA DE LA ALEGRÍA

«Tú y Tu Resurrección nos da la posibilidad de una alegría que nada ni nadie pueden destruir»

El último cortejo de nuestra Semana Santa lleva a Cristo Resucitado y habla de Nuestra Señora de la Alegría. La alegría es un bien que todos los hombres deseamos. Nadie, seguramente, con sinceridad podría decir ‘no, no quiero estar alegre’. Todos queremos estar alegres. Todos deseamos estar alegres. Pero es tan difícil, es casi imposible, encontrar una alegría que no se acabe los lunes, que no tenga resaca, que no pueda destruir una enfermedad o una desgracia.

Tú y Tu Resurrección, Señor, nos da la posibilidad de una alegría que nada ni nadie pueden destruir. Una alegría que es compatible con dolores muy grandes, incluso con heridas muy grandes, porque es una alegría a nivel más profundo. No hace falta olvidarse de la enfermedad, de la muerte, del mal, del pecado. Nosotros sabemos que tu amor es más grande que la muerte, que el mal, que el pecado, que todo. Por eso Señor nosotros Te damos gracias. Y no cerramos la Semana Santa. Desemboca en esa súplica de que la alegría de tu Resurrección llene nuestra vida, acompañe nuestra vida, sostenga nuestras vidas, nuestras familias, nuestras relaciones humanas, todas.

Padrenuestro

Que estás en el Cielo

Santificado sea tu Nombre

Venga a nosotros tu Reino

Hágase tu Voluntad

En la tierra como en el Cielo

Danos hoy nuestro pan de cada día

Perdona nuestras ofensas

Como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden

No nos dejes caer en la tentación

Y líbranos del mal.

Amén.

+ Javier Martínez
Arzobispo de Granada

5 de abril de 2015
Plaza de las Pasiegas

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