“Esta es la morada de Dios entre los hombres”

Palabras de Mons. Javier Martínez, Arzobispo de Granada, en la homilía de la Eucaristía celebrada el V Domingo de Pascua, 28 de abril de 2013, en la S.I. Catedral de Granada.

«Queridísima Iglesia del Señor, Esposa de Cristo vivo, queridos sacerdotes con-celebrantes, queridos todos:

El centro de la liturgia de hoy nos pone ante los ojos la realidad que ha nacido del misterio pascual de Cristo, y la realidad que ha nacido del misterio pascual de Cristo es justamente su esposa, es decir, la Iglesia. Es decir, esa humanidad nueva que ha surgido del costado abierto de Cristo, del misterio pascual, del don de su muerte y su Resurrección, dignificada por el Espíritu que nos estamos disponiendo a recibir.

La lectura del Apocalipsis, una lectura bellísima, la que acabamos de escuchar: «Esta es la morada de Dios entre los hombres». La morada de Dios entre los hombres es el lugar de la Nueva Alianza. De hecho, cuando dice «Dios estará con ellos y Él será su Dios» está recordando las fórmulas de la Nueva Alianza: «Tú serás mi pueblo y yo seré tu Dios», que es una fórmula esponsal, que es una fórmula matrimonial.

La morada de Dios con los hombres, esa es la Iglesia de Cristo. Todo lo demás es accesorio o está subordinado a esa realidad, y cuando digo accesorio, quiero decir que es ornamental o que es fruto de la belleza que expresa esa realidad, y si está desconectado de ese núcleo, de ser la esposa de Cristo, y si queréis, que es lo que caracteriza a la esposa tal como el Nuevo Testamento la describe, tal como nos pide Pablo que vivamos, dice: «Os pido que no viváis más para vosotros mismos, sino para Aquél que por nosotros murió y resucitó». Lo propio de la Iglesia es vivir para Cristo y porque vive para Cristo, es de tal manera de Cristo que repite en la historia, que prolonga en la historia, la misma presencia de Cristo: la morada de Dios con los hombres, Dios mora en nosotros, y eso es tan bello…» (…)

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