Apertura del I Capitulo Provincial de las Esclavas de la Inmaculada Niña en Granada

El inicio del Capitulo ha tenido lugar esta mañana con una Eucaristía presidida por nuestro Arzobispo, Mons. Javier Martínez, en la Casa de Mayores de la Congregación en Granada donde, hasta el 6 de enero, las religiosas estarán congregadas para elegir nueva superiora y sus consejeras además de reflexionar entorno al lema del encuentro: “Vida en fraternidad. Vida en comunión”.

Esta mañana tenia lugar en la capilla de la Casa de Mayores de las Esclavas de la Inmaculada Niña en Granada la Eucaristía de apertura del I Capitulo Ordinario de la provincia Inmaculada Niña, que fue creada hace 5 años y se celebra por primera vez en nuestra diócesis. Esta provincia comprende Granada, Guadix, Almería y Galicia, junto a las misiones de otros países donde la congregación está presente como en Brasil, Argentina, Nicaragua y Marruecos.

De esta forma, y acompañadas por nuestro Arzobispo, Mons. Javier Martínez, las religiosas iniciaron su encuentro entre cantos navideños y pidiendo la unción del Espíritu Santo para vivir en comunión con la voluntad de Dios este Capitulo que finalizará el próximo 6 de enero y del que resultará elegida la Nueva superiora y sus consejeras y también se redactará como fruto un documento que recogerá las principales líneas y orientaciones para la Orden en los próximo cuatro años.

AMOR Y PERDÓN
Durante su homilía, Mons. Javier Martínez quiso como pastor dar una orientación a las capitulares presentes para la buena vivencia del Capitulo: “Quisiera daros como amigo un consejo para este Capitulo: disfrutad de que estáis juntas, escucharos unas a otras, buscad al Señor juntas, pedid perdón juntas, perdonaos unas a otras. En estos días sois una particular comunidad cristiana, que el centro de todo sea el amor. Que consideréis a las demás mejoras que a vosotras mismas. Quereros lo mejor que sepáis y perdonaos para volver a empezar. Ese es el testimonio de amor que el mundo necesita, lo único que puede cambiarlo“, destacó nuestro Arzobispo.

Así mismo, Mons. Martínez también hizo una reflexión sobre la importancia de la celebración hoy de los Santos Inocentes y su martirio pidiéndole a Dios por todas las victimas de cualquier tipo de violencia en el mundo entero, haciendo una mención especial en Nicaragua, país del que se originan numerosas vocaciones de la Congregación.

Una vez finalizada la Eucaristía tuvo lugar la adoración del Niño Jesús de todos los presentes y la procesión con velas desde la capilla de las religiosas capitulares que comenzarán el encuentro con varios días de ejercicios seguidos de la elección de la la nueva Superiora y de varias sesiones de trabajo por equipos en los que se trabajará sobre temas como la formación o la espiritualidad, dando contenido a la redacción del documento final que será dado a conocer en enero a todas las misiones que componen la provincia.

CONGREGACIÓN DE LAS ESCLAVAS DE LA INMACULADA NIÑA
El sacerdote Federico Salvador Ramón es el fundador de las Esclavas de la Inmaculada Niña (1867-1931). El 28 de abril de 1895, fiesta del Buen Pastor, Federico tuvo una experiencia carismática vocacional en la que se sintió llamado por el señor para realizar una función específica en el Pueblo de Dios. Desde aquel momento, vivió su vida de una forma nueva: A la escucha del plan de Dios para él y para todos los hombres y deseando servir a Jesús Siervo, y en Él a todos los necesitados.

Regresa a España el 23 de agosto de 1902. Del 22 al 27 de septiembre, escribió la primera Regla o Constituciones de los Esclavos, y el 20 de diciembre de 1904, en Cantoria (Almería), comenzó a escribir las primeras constituciones de las Esclavas.

Empieza una gran actividad apostólica por las diócesis de Almería, Granada y Guadix. Muchas fueron las dificultades por las que pasó la congregación, debidas a dolorosas e injustas calumnias contra los fundadores, hasta que fue aprobada por la Santa Sede. La vivencia del carisma les hizo esperar contra toda esperanza en total abandono a la voluntad de Dios durante diez años. Tenían la certeza del carisma recibido: “La Esclavitud de la Divina Infantita es obra de Dios”.

Providencialmente, Federico viajó a México y allí, este joven misionero que había recibido el carisma de la esclavitud Mariana, se encontró con Rosario Arrevillaga, fascinada de amor por la Inmaculada Niña. De esta unión profundamente espiritual nació la Congregación de las Esclavas de la Inmaculada Niña, el 23 de febrero de 1901.

María José Aguilar
Secretariado de Medios de Comunicación Social
Arzobispado de Granada

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