En la fiesta de la Presentación del Señor, monseñor Demetrio Fernández ha convocado a los religiosos y religiosas de la Diócesis
Las Comunidades de Vida Consagrada de la Diócesis se han congregado hoy, coincidiendo con la fiesta de la Presentación del Señor, junto al obispo de Córdoba para celebrar la XXVII Jornada Mundial de la Vida Consagrada, que este año lleva por lema “Caminando en esperanza”.
La jornada ha comenzado con la celebración de la santa misa en la Catedral de Córdoba, presidida por el Obispo, monseñor Demetrio Fernández, quien en su homilía ha alabado la importancia que tiene la Vida Consagrada y la labor que desarrollan los religiosos y religiosas de manera silenciosa, convirtiéndose en “un regalo precioso del Señor para nuestra Diócesis”. Algo en lo que ha coincidido el Delegado Episcopal para la Vida Consagrada, Joaquín Pérez, quien a través de una misiva ha subrayado que “el “consagrado” es una persona que ha escuchado la llamada del Maestro a seguirle de cerca para imitar al detalle su forma de vida y entregarse a realizar la misión de anunciar el Evangelio con su testimonio y realizar la obra que Cristo le señala según su propio carisma. Por ello se compromete a vivir en pobreza optando por los más pobres, se entrega al Señor virginalmente y se somete a su voluntad en todo profesando el voto de obediencia. Todo para ser de Cristo y así ser una persona a través de la cual todos puedan vislumbrar la vida nueva que hace posible, ya en este mundo, el Espíritu Santo en vosotros”.
El lema de este año invita a contemplar a las Comunidades en continua marcha hacia el Señor y hacia los hermanos más necesitados. “Vosotros debéis caminar llenos de gozo porque estáis disfrutando del gran regalo que Cristo os ha hecho: vivir la misma vida de Jesús ya en este mundo. Ciertamente el Señor fue un consagrado, vivió en la más radical pobreza, vino a hacer la voluntad del Padre y no la suya y no se casó porque el Espíritu Santo le llenaba de un amor intenso y universal. Por ello, los consagrados y consagradas, participáis de un modo muy especial de la alegría y la esperanza que comunicaba el Señor a todos”, ha afirmado el Delegado Episcopal.
En este día en el que la Iglesia nos invita a orar por todos y cada uno de los consagrados al Señor y por las comunidades, el Obispo ha querido reunirse con todos en el Palacio Episcopal, tras la eucaristía, donde los presentes han profundizado en el lema de la jornada y el prelado les ha invitado a mantener viva la llamada que Dios les hace cada día.
Invitación de CONFER
Asimismo, la CONFER diocesana ha querido enviar este año un mensaje para ser leído en las parroquias en la celebración del mismo 2 de febrero o en las celebraciones del fin de semana siguiente, 4 y 5 de febrero.
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