Durante seis meses –tiempo que ha permanecido cerrada al culto-, las celebraciones se trasladaron a la iglesia de las Filipensas.
El obispo de la Diócesis presidió el pasado sábado día 18 la ceremonia de reapertura de esta parroquia lucentina, tras las obras llevadas a cabo durante los últimos seis meses.
Antes de la misa, don Demetrio Fernández recorrió el templo junto al párroco, Francisco Roldán, para conocer las mejoras que se han llevado a cabo en el mismo. Una reforma integral que ha afectado tanto al pavimento como al conjunto del templo, reforzando su estructura y realizando una nueva instalación eléctrica y de megafonía.
Estos trabajos, dirigidos por el arquitecto lucentino Rafael Pineda, han supuesto un coste de 116.281 euros, de los cuales 43.264 han sido financiados por el Obispado y el resto están siendo aportados por los parroquianos.