«Primereados», por Adolfo Ariza

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«Primereados», por Adolfo Ariza

«En ti no cabían componendas ante «el gris pragmatismo de la vida cotidiana de la Iglesia»» escribe hoy el Delegado Diocesano de Catequesis

Por Adolfo Ariza

Nos has primereado con tu llamada a «una nueva etapa evangelizadora» y tu insistencia en pasar «de una pastoral de mera conservación a una pastoral decididamente misionera». Y, ¿cómo no?, al mostrarnos que «la intimidad de la Iglesia con Jesús es una intimidad itinerante», y que «la comunión ‘esencialmente se configura como comunión misionera». Tu legado es claro: una «conversión pastoral» y una «transformación misionera» en la que se abandone «el cómodo criterio pastoral del ‘siempre se ha hecho así’». No se podía ser más directo: -«Prefiero una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, antes que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades». En ti no cabían componendas ante «el gris pragmatismo de la vida cotidiana de la Iglesia» y la «psicología de la tumba».

Nos has primereado con tu denuncia de una «cultura del descarte», de una «globalización de la indiferencia», del «individualismo posmoderno». Nos has puesto alerta ante «una sociedad de la información que nos satura indiscriminadamente de datos» y «una creciente deformación ética», caracterizada por «el debilitamiento del sentido pecado personal y social y un progresivo aumento del relativismo».

Nos has primereado al definir la piedad popular como «lugar teológico» al que solo cabe acercarse desde «la connaturalidad afectiva» y con la «mirada del Buen Pastor». Gracias a tu magisterio hemos aprendido a pensar «en la fe firme de esas madres al pie del lecho del hijo enfermo que se aferran a un rosario aunque no sepan hilvanar las proposiciones del Credo, o en tanta carga de esperanza derramada en una vela que se enciende en un humilde hogar para pedir ayuda a María, o en esas miradas de amor entrañable a Cristo crucificado». Con qué determinación nos has hecho ver que «quien ama al santo Pueblo fiel de Dios no puede ver estas acciones sólo como una búsqueda natural de la divinidad»; que «son la manifestación de una vida teologal animada por la acción del Espíritu Santo que ha sido derramado en nuestros corazones (cf. Rom 5, 5)».

Nos has primereado al recordarnos una y otra vez que si la dimensión social del Evangelio «no está debidamente explicitada, siempre se corre el riesgo de desfigurar el sentido auténtico e integral que tiene la misión evangelizadora». Es obvia la dimensión profética de tu magisterio: -«No nos preocupemos sólo por caer en errores doctrinales, sino también por ser fieles a este camino luminoso de vida y de sabiduría. Porque ‘a los defensores de ‘la ortodoxia’ se dirige a veces el reproche de pasividad, de indulgencia o de complicidad culpables respecto a situaciones de injusticia intolerables y a los regímenes políticos que las mantienen». En medio de este «nuevo paganismo individualista» nos has enseñado que «la belleza misma del Evangelio» tiene «un signo que no debe faltar jamás: la opción por los últimos, por aquellos que la sociedad descarta y desecha». En este orden de las cosas es bueno evocar contigo que solo el verdadero profeta es capaz de denunciar una «mundanidad espiritual, disimulada con prácticas religiosas, con reuniones infecundas o con discursos vacíos».

Nos has primereado también al ponernos sobre aviso con respecto a nuestra incapacidad «para recrear la adhesión mística de la fe en un escenario religioso plural». Cuánto discernimiento en tu advertencia en lo que atañe al peligro de una vida espiritual que «se confunde con algunos momentos religiosos que brindan cierto alivio pero no alimentan el encuentro con los demás, el compromiso en el mundo, la pasión evangelizadora» o al advertir también el riesgo de «una preocupación exacerbada por los espacios personales de autonomía y distensión, que lleva a vivir las tareas como un mero apéndice de la vida, como si no fueran parte de la propia identidad».

Por todo este primerearnos y otras muchas razones que la emoción y la premura dejan en el tintero, ¡Gracias Francisco!

Artículo publicado en «La Voz de Córdoba-El Debate» en la muerte del Papa Francisco . 21 de Abril de 2025 

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