Más de 200 participantes en la Jornada de Apostolado Seglar

Diócesis de Córdoba
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La diócesis de Córdoba comprende la provincia de Córdoba, en la comunidad autónoma de Andalucía y es sufragánea de la archidiócesis de Sevilla.

El Palacio Episcopal acogió durante la mañana del sábado, 14 de enero, la Jornada diocesana del Apostolado Seglar, centrada en la educación católica y la transmisión de la fe. En esta ocasión llevó por lema “Unidos para que el mundo crea”.

Con el mismo lema del próximo Encuentro diocesano de Laicos previsto para octubre del presente año, “Unidos para que el mundo crea”, se llevó a cabo un año más la Jornada diocesana del Apostolado Seglar. Más de 200 seglares de la Diócesis se dieron cita en el Palacio Episcopal para conocer uno de los temas principales que se han programado para el Encuentro de Laicos ’17: “La misión de la Iglesia en el ámbito educativo”. Y es que tal y como comentó el Obispo al comienzo de la jornada, este gran encuentro servirá para aunar a todos los grupos y movimientos de la Diócesis, contribuyendo así al crecimiento de nuestra vinculación diocesana.

Seguidamente, el profesor y escritor Fernando Alberca de Castro abordó la ponencia titulada “La transmisión de la fe”. En ella desgranó las claves para que, desde el ambiente familiar, se pueda educar a los hijos en la fe. Haciendo alusión a un informe inglés que pone de manifiesto que la principal causa que fortalece o debilita la fe de los hijos es el ambiente familiar y las actitudes en el hogar y el matrimonio, Alberca concretó los factores más relacionados con la transmisión de la fe. Por un lado comentó que la cercanía y el cariño facilitan el diálogo con la fe. “Ni el autoritarismo ni el permisivismo transmiten eficazmente la fe. Lo adecuado es un estilo exigente, comprensivo, responsable y afectuoso”, aseguró. Igualmente, manifestó la importancia que tiene explicar a los niños y jóvenes lo compatible que es la fe y la vida, así como las virtudes que hay que tener en la vida. Al hilo de esto, aseguró que hay que trabajar en casa las virtudes humanas –obediencia, perseverancia, comprensión, responsabilidad, etc.- y las sobrenaturales –prudencia, fortaleza, justicia, caridad, esperanza, etc.- como base a los niños de lo que Dios puede trabajar en los hijos. Y a su vez, explicó la importancia que supone para la educación cristiana que los hijos vean rezar a su padre y a su madre.

Mesa redonda

Tras un breve descanso, continuó la jornada con la mesa redonda “La escuela católica, identidad y retos”.

¿Qué aporta la escuela católica a la sociedad de hoy? Con esta pregunta comenzó su intervención el sacerdote y Director adjunto del Centro de Magisterio “Sagrado Corazón”, Jesús Poyato Varo, quien se encargó de presentar la identidad actual de la escuela católica, el proyecto y modelo educativo de ésta, así como sus fines. “Las escuelas católicas nacen para hacer lo que no hace nadie, porque para hacer lo que hacen todos, no merece la pena”, afirmó antes de comenzar a profundizar en el proyecto educativo de ésta, del cual aseguró que debe ser claramente cristiano, que ayude a impregnar todo desde la claridad del Evangelio de Jesucristo. Poyato manifestó que cuando hablamos de la escuela católica, “se supone que no hablamos de un proyecto educativo convencional basado en la trasmisión de conocimientos únicamente, sino de un proyecto educativo cristiano, diferente”. “La escuela católica se presentará prioritariamente como escuela con Dios: escuela evangelizadora”, concretó. Y al hilo de esto, amplió su información aclarando que “cuando se habla de evangelizar a través de la escuela, se está haciendo referencia a hacer presente y explícito al Dios vivo. Educación cristiana no supone hacer algo, sino remitir a Alguien”.

Seguidamente, se centró en la misión de la escuela católica. En este sentido, explicó que la misión principal es enseñar a ver la realidad de otra manera. “Lo que educa a un alumno no son las actividades que se organizan en torno a unos valores, sino el clima que se crea en el colegio”, aseguró. En su opinión, lo verdaderamente específico y definitorio de la escuela católica es la presentación explícita del Dios, revelado en Jesucristo, es decir, “presentar la realidad desde el humanismo cristiano”. Y para esto, destacó la importancia de tener un equipo de profesores adecuado, una unión con las familias, así como una estrecha comunión con la Iglesia, el Obispo y las enseñanzas del Santo Padre.

En definitiva, Jesús Poyato expuso que “el fin de esta escuela no es simplemente ofrecer contenidos sino construir claves de interpretación de la realidad que le rodea, sin complejos, haciendo explícito a Dios como clave fundamental y última de interpretación de todo”.

Junto al Director adjunto del Centro de Magisterio “Sagrado Corazón”, también estuvo la Delegada diocesana de Enseñanza, Ana María Roldán Roldán, quien se centró en los retos de la escuela católica. Por su parte, Roldán partiendo de una reflexión que el propio Obispo hacía en su Carta pastoral de inicio de curso, manifestó que “la Iglesia es la gran educadora porque Jesucristo es el Gran Educador, y está llamada a iluminar todas las realidades con la claridad del Evangelio”. Al hilo de esto, comentó que “todos somos responsables, en alguna medida, de la tarea educativa. Pero principalmente la responsabilidad recae sobre la familia y los educadores”. En este sentido, explicó que la Iglesia está llamada a educar a la familia para que tenga clara su identidad y su misión. “Está llamada también en estos momentos a educar a los laicos para que igualmente tengan clara su identidad y su misión, porque los laicos tienen un papel fundamental en la tarea educativa. El campo de la educación es decisivo para que se pueda llevar a cabo la nueva evangelización que el mundo necesita”, aseguró.

Por su parte, la Delegada considera que “todos debemos responder a esta realidad con un empeño generoso, guiados por la esperanza que nos da el saber que Dios está en medio de nosotros, nos guía y fortalece”.

Presencia de movimientos

También, la jornada sirvió para que varios grupos, movimientos o asociaciones de la Diócesis expusieran a través de mesas informativas en el patio principal del Obispado su misión en el seno de la Iglesia.

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