Emilia Fernández será la primera gitana beatificada

Diócesis de Córdoba
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Don Demetrio Fernández participará en la beatificación que tendrá lugar en el Palacio de Exposiciones y Congresos de Aguadulce.
Emilia Fernández Rodríguez, nacida en Tíjola en 1914 y fallecida en la cárcel de “Gachas Colorás” en enero de 1939, días después de dar a luz, se convertirá en la primera mujer de raza gitana beatificada en el mundo. Así lo anunció el Papa Francisco promulgando el Decreto de Martirio de 115 almerienses, encabezados por el deán José Álvarez-Benavides. Éste está acompañado por 94 clérigos -sacerdotes diocesanos además de algunos franciscanos y operarios diocesanos- y veinte seglares entre los que está Emilia Fernández, conocida como “la canastera”.

Tras este paso dado por el pontífice, se ha preparado la celebración de la beatificación en el Palacio de Exposiciones y Congresos de Aguadulce, el próximo 25 de marzo, a las 11:00 de la mañana. Allí estará presente el Obispo de Córdoba.

¿Quién era “la canastera”?

Emilia Fernández Rodríguez nació y creció en las cuevas de Tíjola. Los payos la apodaron ‘La canastera’ porque desde niña fabricaba cestos de mimbre que su familia vendía para ganarse la vida.
En 1938, a los 24 años de edad, se casó por el rito gitano con Juan Cortés, quien quiso eludir el servicio militar para no tener que ir al frente y ella le ayudó echándole en los ojos un líquido utilizado para sulfatar los campos; algo que tenía previsto dejarle ciego durante unos días.

Cuando la Guardia Civil descubrió la trampa detuvo a la pareja y los envió a la cárcel, estando ella embarazada de dos meses. Entre rejas coincidió con más de 300 mujeres católicas con quienes rezaba el rosario cada tarde. Cuando la directora del centro lo descubrió, intentó que “La canastera” revelara quién era su catequista y al negarse, fue encerrada en una celda de aislamiento. Aunque en varias ocasiones pidió al gobernador civil que se apiadara de su situación, nunca obtuvo respuesta. Por ello, dio a luz encima de un colchón de esparto y sin ninguna atención médica, lo que le provocó grandes hemorragias que le produjeron la muerte. Un sacrificio en nombre de la fe que ahora la convertirá en la primera gitana beatificada de la historia.

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