El obispo de Córdoba ha celebrado la misa de rito hispano-mozárabe en la Basílica menor de San Pedro
Con motivo de la festividad de San Acisclo y Santa Victoria, patronos de la ciudad, el obispo de Córdoba, monseñor Demetrio Fernández, ha celebrado este viernes, 17 de noviembre, una solemne misa de rito hispano-mozárabe en la Basílica Parroquia de San Pedro, “Sagrario de su memoria y de sus reliquias”, como ha expresado el prelado en su homilía.
Monseñor Demetrio Fernández ha hecho referencia a la vida de los Santos Patronos de la ciudad y ha subrayado la alegría que le produce el bullicio que en este mismo día han armado los alumnos de la Fundación Diocesana “Santos Mártires” por las calles de la ciudad para celebrar la fiesta de sus titulares. “En la gran peregrinación que realizan se pone toda la cultura de la piedad popular al servicio de los Santos Mártires, que son patronos de nuestra Diócesis e inspiradores de la vida cristiana desde su martirio en el siglo IV”, ha explicado el pastor de la Diócesis.
Asimismo, ha pedido a los fieles que “acojamos su testimonio martirial como un signo del Evangelio creído y vivido”. “Los mártires son ejemplo de acoger el amor que Dios nos tiene y responder con la misma moneda y la misma onda. Los mártires son los que más se parecen a Jesucristo, incluso en su muerte, por eso tienen un lugar preferencial en toda la historia de la Iglesia y en Córdoba hemos tenido estos testimonios a lo largo de todas las épocas. En el caso de San Acisclo y Santa Victoria, son los primeros en la época romana”, ha subrayado.
El Obispo ha recordado a su vez que “una tierra de mártires es una tierra que se gloría de la respuesta que los cristianos han dado a Dios y a Jesucristo, por eso lo celebramos con toda solemnidad, porque además son los patronos de toda la Diócesis”. Y ha añadido: “Dios le ha encomendado proteger la fe en nuestra diócesis, por eso acudimos a ellos para imitar esa respuesta de amor a Dios, le pedimos que nos acompañen y nos defiendan de tentaciones y dificultades”.
Además, ha puesto de manifiesto que “de los mártires la Iglesia recuerda el amor superlativo, los mártires nos dan testimonio de un amor grande y del perdón”.
Ha culminado su homilía pidiendo a Dios por la intercesión de San Acisclo y Santa Victoria para que no nos falten sacerdotes que traigan a nuestras parroquias al Señor.
Córdoba recibió la licencia para poder celebrar la Santa Misa en el rito hispano-mozárabe el 11 de noviembre del 2003, siendo obispo de Córdoba monseñor Juan José Asenjo y otorgado por monseñor Antonio Cañizares, arzobispo de Toledo, primado de España.
La entrada “De los Santos Mártires la Iglesia recuerda el amor superlativo” apareció primero en Diócesis de Córdoba. Ver este artículo en la web de la diócesis