
Las vicarías de Caravaca-Mula y Cieza-Yecla peregrinaron ayer a la Catedral con motivo del Jubileo de la Esperanza, poniendo fin a las peregrinaciones de las distintas zonas pastorales.
Ayer tuvo lugar la última de las grandes peregrinaciones a la Catedral que, en este Jubileo de la Esperanza, se han ido organizando desde las distintas zonas pastorales de la Diócesis de Cartagena. En esta ocasión peregrinaron los fieles de las vicarías de Caravaca-Mula y Cieza-Yecla, que pudieron lucrar la indulgencia plenaria coincidiendo con el inicio del Adviento.
Los peregrinos, venidos desde parroquias de una treintena de localidades de estas zonas, realizaron la estación jubilar en la Parroquia San Bartolomé de Murcia y, desde allí, peregrinaron a pie hasta el templo catedralicio, que quedó repleto de fieles. A ellos se dirigió el obispo en la homilía, exhortándolos a adentrarse también en el tiempo de Adviento: «Habéis peregrinado en el Jubileo de la Esperanza y sois invitados al mismo tiempo a celebrar el comienzo de un nuevo año litúrgico con el Adviento y la Navidad; van a ser cinco semanas de tiempo fuerte, de tiempo de esperanza; porque vamos a celebrar la venida de nuestro Señor Jesucristo». También les invitó a que su experiencia como peregrinos les impulse a «evangelizar con más fuerza, transformar esta sociedad materialista con el color de la fe, y actualizar la grandeza de la verdad, la justicia y la paz», anunciando a Cristo «con el testimonio de una vida en esperanza, con sencillez y humildad».
Al terminar la celebración oraron por las intenciones del Papa, condición necesaria para lucrar la indulgencia plenaria junto a la peregrinación al templo jubilar, la comunión eucarística y la confesión sacramental.
Una oportunidad para «encontrar paz en Dios»
Entre los peregrinos que llenaron el templo catedralicio se encontraba Pepa, de la Parroquia San Bartolomé de El Sabinar (Moratalla). Realizó el Jubileo hace 25 años peregrinando también a la Catedral de Murcia y ayer pudo repetir la experiencia junto a su hija Marta, que vio en este Jubileo una ocasión «para que cada uno pueda fomentar la fe o incluso retomarla en su vida». Una oportunidad que aprovechó Ginés, que peregrinó junto a la Parroquia Santiago Apóstol de Pliego. «Yo no soy muy asiduo de estas cosas; pero como soy cristiano pensé que debía venir y que me podía ayudar». Otro de los peregrinos fue Alejandro, de la Parroquia San Juan Bautista de Jumilla. Gracias a la invitación de una amiga se sumó a esta experiencia que, para él, «ayuda a ser más consciente de uno mismo y a acercarse más a Dios».
Entre los peregrinos también se encontraban dos amigas, las dos llamadas Teresa, de la Parroquia La Purísima Concepción de Caravaca de la Cruz. Pertenecen a un grupo de la Renovación Carismática Católica y fueron invitadas a sumarse al autobús que partiría a Murcia para lucrar la indulgencia plenaria. «Como otras veces que hemos ganado el Jubileo de la Vera Cruz, en este Jubileo de la Esperanza buscamos encontrar paz en Dios». También participaron Ana y Piedad, de la Parroquia San Juan Bosco de Cieza. «Nos animamos a venir para ayudar a los demás, a tanta gente que a lo mejor necesita esta esperanza».
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