Conviértete y verás tu vida iluminada

Escrito del Obispo de Cartagena, Mons. José Manuel Lorca Planes, para el III Domingo de Adviento.

Es necesario que la voz de los profetas suene con fuerza en nuestras comunidades y en el mundo, necesitamos oír con claridad las palabras que nos conducen a la confianza, a la seguridad que nos ofrece el que puede más que todos nosotros, el que nos ayuda a alejarnos de todo temor. ¡Quién pudiera cantar cosas tan estupendas como el salmista, cuando dice: «mi fuerza y mi poder es el Señor»! A nadie le extrañará esto, porque es el Espíritu el que mueve a un creyente en todo tiempo, tanto que San Pablo lo recuerda con firmeza: «estad alegres en el Señor, estad alegres, que nada os preocupe, que el Señor está cerca». Por delante va la solución para la alegría y la paz interior, acoger en lo hondo de tu ser al Señor. Para esto se necesita haber visto y haber escuchado a Jesús, se necesita la fe. Que nadie piense que ser creyente es un juego de bobos, porque se equivocaría radicalmente, ya que lo primero que lleva consigo la fe es una decisión firme de seguir los pasos de Jesús y esto siempre es fuerte y exigente, hay que convertirse.

El estilo de un discípulo de Cristo lo intuyeron los oyentes de la predicación de Juan el Bautista cuando, al terminar de hablar, la gente le preguntaba qué tenían que hacer. El papel del evangelizador es muy importante, a Juan le preguntaron porque lo que les decía les llegaba muy hondo, les iluminaba sus vidas y les hacía ver que debían cambiar de estilo. El primer paso para la nueva evangelización es hablar, no enmudecer, hablar alto y claro, que la claridad y la belleza de la fe católica iluminen, también hoy, la vida de los hombres, especialmente si la presentamos como testigos entusiastas y capaces de transmitir entusiasmo, testigos alegres a los que se les nota que se han creído el mensaje que anuncian. Atención, pues, a esta dinámica, para que cuando te pregunten puedas responder: conviértete y verás tu vida iluminada.

Por lo que hemos escuchado del Evangelio queda claro que Dios no se contenta con una religiosidad exterior, nos pide respuestas. Sabemos que muchos están alerta y se preguntarán: ¿Cómo podemos hablar de Jesucristo para que nuestros vecinos se sientan movidos a confiar en Él, vivir la belleza de la fe y se puedan convertir? A estos les decimos: no te preocupes, no depende de tu esfuerzo, tú preocúpate de dar el ejemplo que se espera de un cristiano, el recto cumplimiento de tus deberes, con caridad y misericordia. La conversión será un regalo de Dios para el que haya abierto su corazón a la gracia. Para lograr esta bendición hoy se necesitan personas que sean capaces de actuar como San Juan Bautista. Tú puedes ser esta figura, alguien que haga una confesión clara, valiente y entusiasta de la fe en Jesucristo, porque es posible la conversión. Necesitamos a los profetas que anuncian la verdad y dejan al descubierto a los que presumen de derechos humanos y luego desprecian la vida del hombre; profetas que desenmascaran a los que se dicen amigos de la verdad y luego les descubres como artífices de ficciones y falsedades… Profetas de la alegría, sembradores de esperanza, sembradores de la serena felicidad que tienen los hijos de Dios.

+ José Manuel Lorca Planes

Obispo de Cartagena

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