«Sois ahora profetas y testigos de la misericordia de Dios, habéis pasado por la Puerta Santa y habéis recibido el don de la gracia de las indulgencias que la Iglesia os concede. Rezad por el Papa, pedid a Dios que le guarde de sus enemigos y le dé muchos años de salud para que pueda seguir gobernando a la Iglesia manteniéndonos en la unidad y en la comunión». Con estas palabras finalizó ayer la Eucaristía de apertura diocesana del Jubileo Extraordinario de la Misericordia el Obispo de Cartagena, animando a los presentes a «redescubrir la alegría de la ternura de Dios» en este año de gracia.
Tras realizar la estación jubilar, Mons. Lorca Planes encabezaba la procesión que partió a las 17:20 horas desde la parroquia de San Bartolomé hasta la Catedral, acompañado por Mons. Francisco Gil Hellín, Arzobispo Emérito de Burgos; Mons. Francisco Lerma Martínez, Obispo de Gurúè; más de un centenar de sacerdotes; los tres seminarios diocesanos –San Fulgencio, Redemptoris Mater y Menor de San José-; religiosos y religiosas y miles de fieles, a los que se sumaron los que esperaban en la plaza del Cardenal Belluga.
Al llegar a la Catedral, el Obispo de Cartagena abrió la Puerta Santa de la Misericordia –la de San José- y con el Libro de los Evangelios encabezó la procesión hasta el presbiterio, seguido por sacerdotes, seminaristas y fieles.
En su homilía, el Sr. Obispo explicó que la intención del Papa Francisco con este Jubileo de la Misericordia es hacer reflexionar sobre las obras de misericordia corporales y espirituales y que la Iglesia siga caminando como peregrina: «Todo se puede resumir en esto: una mirada a Dios reconociéndolo como Padre misericordioso y una mirada al prójimo con un amor samaritano». Destacó, también, que atravesar la Puerta Santa significa «descubrir la profundidad de la misericordia del Padre que acoge a todos y sale personalmente al encuentro de cada uno. Cualquiera que entre a este templo atravesando la Puerta Santa experimentará el amor de Dios».
Mons. Lorca habló del sacramento de la Penitencia como el vehículo a través del cual se puede experimentar la misericordia divina, «acudir a la confesión será fuente de salud y de verdadera paz interior». Recordó que nuevamente este año se realizará la jornada intensiva de confesiones «24 horas para el Señor», el viernes y sábado del IV Domingo de Cuaresma.
Animó a las parroquias, movimientos y asociaciones laicales a peregrinar en este Jubileo de la Misericordia a la Catedral y explicó que el gesto jubilar ayudará a ampliar las instalaciones de la Casa Cuna La Anunciación, una fundación diocesana que las Hermanitas de la Anunciación regentan en Sucina.
El Prelado dio las gracias a la parroquia de Puebla de Soto por acceder a que la imagen de Nuestra Señora de las Mercedes o de la Misericordia presidiera la celebración en el presbiterio y al finalizar la celebración decenas de fieles se fotografiaron con esta imagen de la Virgen que es la que se ha utilizado para la portada de la Carta Pastoral de este curso y para los carteles del Jubileo de la Misericordia.