Pasadas las 20:00 horas la Virgen de la Fuensanta, ya despojada del plástico que la cubrió durante todo el trayecto para resguardarla de la lluvia, entraba en la Catedral de Murcia, donde permanecerá hasta el 6 de mayo. Miles de personas acompañaron a la patrona de la ciudad de Murcia desde su santuario ubicado en el monte, en la pedanía de Algezares, hasta la Catedral, parando primero, como es tradicional, en la parroquia de Nuestra Señora del Carmen. Allí la lluvia tampoco impidió que cientos de feligreses ocuparan tanto el interior como el exterior de la iglesia para recibir, con otra lluvia, pero de pétalos, a la ‘Morenica’.
El traslado desde la parroquia del Carmen hasta la plaza del Cardenal Belluga se realizó en cuestión de minutos. Los portapasos del trono aligeraron el paso por culpa de la lluvia que dejó de caer a su entrada en la plaza de la Catedral y no desmereció la entrada de la patrona en el templo.
En el interior, sus fieles ocupaban cada rincón. En el presbiterio, donde la Virgen de la Fuensanta permanecerá hasta el próximo 6 de mayo, la esperaban las autoridades de la ciudad, los jefes de las fuerzas de seguridad del Estado, altos cargos militares y el Obispo de la Diócesis de Cartagena, Mons. José Manuel Lorca Planes.
El prelado, pidió que durante el tiempo que la Virgen permanezca en la Catedral se haga todo lo posible «para facilitar la devoción y la piedad de todo el mundo. De tal manera que el que entre aquí a la primera que vea sea a nuestra Madre.» Asimismo, expresó su deseo al Cabildo de la Catedral «para que hagáis de esta casa una ofrenda también de amor y de devoción para todo aquel que venga con sus problemas, dificultades, dolores y con sus alegrías y gozos. Que todo el mundo se lleve el consuelo de haberse encontrado con la Madre». El Sr. Obispo, agradeció la asistencia de todas las autoridades, así como la ayuda de los cuerpos de seguridad local, regional y estatal en el traslado de la Virgen.
Antes de despedir el acto de recibimiento a la patrona de Murcia, Mons. Lorca Planes tuvo un recuerdo para los ancianos y aquellas personas que este año faltaron a la cita y pidió a la Virgen por los más jóvenes «por los que de alguna manera están saliendo de la inocencia y entrando en la juventud». Trasmitió así su temor, conocedor del miedo de tantos padres, al enfrentarse al momento en el que los jóvenes de cada hogar comienzan a caminar solos, encontrando todo tipo de adversidades y trampas en la sociedad actual.
Para ello evocó una petición de ayuda hacia los educadores y formadores «para que podamos seguir construyendo una sociedad según el modelo del corazón de Jesús».
