“Es tan grande el don de la vocación religiosa, que nunca lo podremos apreciar debidamente en esta vida”, con esta frase de Santa María Josefa, fundadora de las Siervas de Jesús de la Caridad, quiso Patricia Monteagudo Masiá, hermana de esta congregación, invitar a familiares y amigos a su profesión perpetua, que tuvo lugar el pasado sábado por la mañana, durante la celebración de la Eucaristía presidida por el Obispo de Cartagena, en la parroquia de San Francisco Javier-San Antón de Murcia.
Tras el interrogatorio y el rezo de las letanías de los santos, la hermana Patricia realizó su profesión perpetua. De manos del Obispo, recibió las insignias propias de la profesión: el anillo, el crucifijo y la corona de flores, como signo externo de la dedicación perpetúa a Dios.
Antes de finalizar la celebración, la hermana Patricia dio las gracias a Dios por estar siempre a su lado, “especialmente cuando no era consciente de ello”; a su congregación y, especialmente a su comunidad, por el apoyo en su “diario caminar”; y también a su familia y amigos.