Los seminaristas del Seminario Mayor de San Fulgencio David Álvarez de la Campa, Antonio Lucas y Eduardo Sabater, recibieron el sábado la Admisión a las Órdenes Sagradas en la parroquia de San Andrés de Murcia.
La celebración estuvo presidida por el Obispo de la Diócesis de Cartagena, Mons. José Manuel Lorca Planes. Concelebraron junto al Sr. Obispo el Rector del Seminario, D. Javier Crespo, los formadores del Seminario y numerosos sacerdotes de la diócesis.
En su homilía el Sr. Obispo agradeció a formadores y profesores el servicio que ofrecen con sus vidas a la Iglesia en la formación de los seminaristas, en especial por los tres que recibían la admisión. También tuvo unas palabras para sus familias, “Enhorabuena a los padres, hoy Dios ha venido a visitaros”, y les invitó a elevar una oración de agradecimiento al Padre “dad gracias a Dios por el misterio de amor que ha tenido para con vuestros hijos, don que les exigirá prepararse adecuadamente y actualizarlo todos los días de su vida”. A continuación se dirigió a los tres candidatos y los animó a “vivir con serenidad esta invitación que os ha hecho el Señor, va en juego vuestra vida pero estar ciertos de que no os habéis equivocado. Vuestra vida pertenece a Dios y la Iglesia acoge vuestro compromiso” y les pidió “disponibilidad para la Iglesia y el mundo, como testigos de la Buena Nueva y de la Resurrección del Señor, que sea una disponibilidad total, no solo de intenciones, sino de vida.”
Mons. Lorca Planes exhortó a los nuevos candidatos a “que el centro de vuestra vida sea el Señor. Ser sacerdote significa olvidaros de vosotros mismos, vivir la inmensidad del amor como lo hizo Jesús y no buscar vuestra comodidad sino la mayor eficacia para que la Palabra y los sacramentos lleguen a los fieles que algún día la Iglesia os encomiende. Nuestro único tesoro es el Señor”. El Sr. Obispo animó a los sacerdotes, seminaristas, familias y amigos a “rezar a Dios por estos hermanos que la Iglesia admite como candidatos a las órdenes sagradas” y concluyó dirigiéndose a los tres seminaristas, “David, Antonio y Eduardo no tengáis miedo, que Dios está con vosotros”.
Posteriormente tuvo lugar el rito de admisión, por el cual manifestaron, como respuesta a la llamada del Señor, su voluntad de completar su preparación para recibir a su tiempo el ministerio de la Iglesia, por medio del Orden Sagrado y servir fielmente a Cristo y a la Iglesia.