Religiosas y religiosos de los diferentes carismas que viven su fe en la Diócesis de Cartagena se dieron cita el pasado sábado en la Catedral para celebrar la Jornada Mundial de la Vida Consagrada. El obispo de Cartagena, Mons. José Manuel Lorca Planes, presidió la misa, acompañado por su obispo auxiliar. El prelado destacó que la alegría de los consagrados debe estar basada en tres razones: en Dios, “que colma los corazones”; en la comunidad, “fuente de alegría”; y en la caridad, “en la entrega al servicio de los demás”.
El obispo hizo referencia a las palabras del papa Francisco destinadas a los consagrados en las que les invitaba a no renunciar a ser profetas que “interpreten los acontecimientos” y a acudir a las “periferias existenciales”. También les recordó los tres objetivos que el papa estableció para el Año de la Vida Consagrada: mirar al pasado con gratitud “para tener viva la propia identidad”; vivir el presente con pasión, “dando plenitud al Evangelio y con espíritu de comunión”; y “abrazar el futuro con esperanza”,
Mons. Lorca pidió a los presentes su oración por la vida consagrada en la Diócesis que pastorea y por las vocaciones, “para que Dios les ayude a dar el paso de un compromiso serio y libre para que sigan los pasos de Jesús, que se inclina a lavarle los pies a los discípulos, que anuncia a los pobres la Buena Noticia, cura nuestras dolencias y que, por su muerte en la cruz y su resurrección, nos ha abierto las puertas de la vida eterna”.
Tras la celebración, se realizó un ágape en el patio del Palacio Episcopal, momento en el que religiosas y religiosos tuvieron un tiempo para confraternizar y compartir experiencias.