«Vivir en clave de misión es vivir en clave apostólica»

Diócesis de Cádiz-Ceuta
Diócesis de Cádiz-Ceutahttps://www.obispadocadizyceuta.es/
La diócesis de Cádiz y Ceuta es el resultado de la unión de la Gadicensis y Septensis bajo un único obispo titular, proceso que se inició en 1857 y culminó en 1933. Es sufragánea de la Archidiócesis de Sevilla y no tiene enclaves territoriales en otras diócesis ni de otras en su demarcación.

Este domingo, 19 de octubre, celebramos el Domund. El lema elegido para este año es «Renace la alegría». Alegría para nosotros es ver el buen trabajo que realizan los 30 misioneros de la Diócesis de Cádiz y Ceuta que actualmente se encuentran repartidos por el mundo. Uno de ellos, Manuel Ogalla, Misionero Claretiano en Zimbabwe, comparte con nosotros su testimonio de vida misionera.

Vivir en clave de misión es vivir en clave apostólica, seguir el ejemplo y testimonio de los apóstoles en nuestro aquí y ahora particular. Dejar que el Espíritu nos transforme y nos empuje con valentía a recrear en cada encuentro, con cada persona, en cada momento, aquel gesto que devolvió la dignidad y la vida al paralítico de la puerta Hermosa del Templo. Vivir en clave de misión es tener la confianza de traducir en nuestro día a día el dinamismo que configuró el buen hacer de Pedro frente aquel marginado de Jerusalén. En primer lugar mirar con realismo y ternura, acariciar mirando y dejar que la realidad nos interpele, regalar una mirada compasiva y misericordiosa. En segundo lugar darlo todo, quizás no tendremos oro ni plata, pero todo lo que tenemos y somos lo damos, por amor y en el nombre de Jesús nos desgastamos la piel por el otro. En tercer lugar tender la mano con la generosidad evangélica propia de aquel que cuando toca colma de vida, hacerse cercano al otro que sufre para levantarlo y devolverle la dignidad, hacer realidad el cántico de Ana que confiesa un Dios que levanta del suelo al marginado y saca de la basura al pobre. Y en último lugar entrar en el templo juntos saltando, llenos de alegría y glorificando a Dios. Vivir en clave de misión, vivir en clave apostólica nos colma de la alegría verdadera que brota del saberse sanado y reconstituido, la alegría que brota del saberse nuevos. Esta alegría de quién ha experimentado el amor de Dios en sus vidas mueve a todo hombre y mujer a alzar la voz y bailar como David en el Templo. Así es la alegría que yo contemplo y comparto con el pueblo Shona que me abraza y me enseña en esta tierra de Zimbabwe. Saltando y bailando sobre una tierra rojiza y acompasado con el soniquete vibrante de congas y maracas hechos de madera y piel, así es como intento vivir el Evangelio del Reino, así es como se traduce en mi vida la alegría del Evangelio, de esta manera toma cuerpo mi ser Misionero Claretiano. Ojalá el Dios de los pequeños y sencillos nos siga dando fuerzas a todos para vivir en clave de misión, siguiendo el ejemplo de los apóstoles y dando la vida allí donde estemos, desde Cádiz hasta Zimbabwe, en Honduras o en Puerto Real. Juntos en la oración. Manuel Ogalla, Misionero Claretiano en Zimbabwe.

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