El administrador apostólico presidió la Santa Eucaristía, instando a los fieles a vivir el Adviento con alegría y conversión.
La Parroquia de San Antonio de Padua, en la ciudad de Cádiz, vivió este domingo un día especial al recibir la visita de Mons. Ramón Valdivia, Administrador Apostólico de la Diócesis de Cádiz y Ceuta. En una jornada marcada por el tercer domingo de Adviento, conocido como ‘Domingo de Gaudete’ o ‘Domingo de la Alegría’, Mons. Valdivia presidió la Santa Eucaristía, acompañado por los sacerdotes de la parroquia: el párroco, padre Óscar González Esparragosa; el párroco in solidum, padre Rubén Jesús Virués Gómez; y el vicario parroquial, padre Anthony Enitame.
La misa fue un momento de reflexión y celebración en el que los fieles fueron invitados a vivir el tiempo de Adviento con una renovada esperanza y espíritu de conversión. En su homilía, Mons. Valdivia destacó el carácter jubiloso de este domingo de Gaudete, un día que marca el camino hacia la Navidad con una llamada a la alegría profunda que brota del encuentro con Cristo.
“Este tiempo de Adviento debe ser vivido como una preparación para la venida de Cristo. Es un tiempo de espera, pero una espera activa, llena de esfuerzo y compromiso espiritual, y, sobre todo, con la alegría de saber que Él está cerca”, afirmó el Administrador Apostólico.
El padre Óscar González, párroco de San Antonio de Padua, también destacó la importancia de este tiempo litúrgico, subrayando que la comunidad parroquial vive un clima de especial recogimiento, con actividades y celebraciones que fomentan el espíritu de conversión y renovación.
El Domingo de Gaudete es uno de los puntos culminantes del tiempo de Adviento, y esta visita de Mons. Valdivia refuerza el mensaje de esperanza y alegría en la preparación de los cristianos para la llegada de Jesús. Durante la misa, la comunidad compartió momentos de oración y reflexión, consolidando la unidad y el compromiso de los feligreses en su camino espiritual hacia la Navidad.
La jornada concluyó con un ambiente de fraternidad y esperanza, destacando la importancia del Adviento como un tiempo para fortalecer la fe y vivir con alegría la expectativa del nacimiento de Cristo.

