El secretariado diocesano de Pastoral Juvenil ha programado diversas actividades este verano, entre las que destacan: un campamento para jóvenes de entre 13 y 15 años, en Benaocaz y una peregrinación a Santiago de Compostela, para jóvenes a partir de 16 años.
Pilar Jiménez, una de las responsables de la Pastoral Juvenil Diocesana, asegura que el curso, que va a finalizar con estas dos grandes actividades, ha estado cargado de gracia. «Ha sido un año muy bonito, que comenzamos con el impulso que nos dejó, el curso anterior, la JMJ en El Rocío».
Jiménez afirma que durante el curso 2013-14 se han ido consolidando las oraciones de los jóvenes con el obispo diocesano, Mons. Rafael Zornoza, llegando, durante este año, a más lugares de la diócesis. Asimismo, se han realizado distintos encuentros y peregrinaciones, como la del Santuario de Nuestra Señora de La Luz, en Tarifa. El acto central de este año fue el Encuentro Diocesano de Juventud, celebrado en San Fernando, que reunió a más de seiscientos jóvenes, «superando considerablemente las expectativas, ya que este año se han sumado más chavales de distintas realidades, colegios, movimientos, parroquias, que no habían participado en otras ocasiones».
Otro de los aspectos destacados de este año han sido los «enlaces», vínculos entre el secretariado y los grupos de jóvenes. «Cada vez tenemos más enlaces de jóvenes en parroquias, movimientos y colegios, con lo que estamos consiguiendo una mayor implicación de estos, conformando, así, un equipo para tener una relación más directa con los jóvenes y llegar a más lugares de la diócesis».
Por otro lado, se están visitando distintos arciprestazgos de la diócesis, lo que está haciendo que los jóvenes vayan conociendo a los sacerdotes, algo que, reconoce la propia Pilar, les piden los jóvenes, una mayor cercanía con el clero diocesano. En este sentido, asegura Jiménez que los jóvenes también demandan una mayor formación, con lo que el secretariado, se está planteando, para el próximo curso, abrir una escuela de evangelizadores juvenil y un curso de monitores de tiempo libre.
En cuanto a las respuestas que reciben de los jóvenes, Pilar Jiménez, manifiesta que son muy positivas. «Hay testimonios que te ponen los pelos de punta. Después de cada actividad que realizamos los chicos y chicas nos cuentan cómo han vivido la experiencia y, por lo general, destacan dos cosas: la oración ante el Santísimo y el contacto con el seminario, los sacerdotes y el obispo, que, por cierto, no se pierde una».