En la tarde del Lunes Santo tuvo lugar en la Catedral de Ceuta la Santa Misa Crismal, presidida por el obispo diocesano, Mons. Rafael Zornoza, y concelebrada por el presbiterado local.
En la homilía, dirigida principalmente a los sacerdotes presentes, el prelado afirmó que «Nuestro Cristo nos santifica, nos cristifica, la materia creada sirve de vehículo en la misma creación en la que Cristo Sacerdote, que muere y resucita, hace una nueva creación y nosotros somos hijos de Dios. Asimismo, aseguró que «Cristo nos ha elegido para hacerle presente a Él, y puede cumplirse así la Escritura, que librará a los cautivos y traerá un año de gracia».
Además, quiso recordar al obispo emérito. «Damos gracias a Dios que ha querido unirnos a todos los sacerdotes y gracias por prestar nuestras vidas. Y como no, el recuerdo de tantos sacerdotes santos y que llenaron los corazones de sus fieles. Recordamos a nuestro querido Don Antonio, mi antecesor, anciano y delicado, que pide por nosotros. Ejercemos el ministerio desde la debilidad, somos vasijas de barro, por eso podemos sintonizar con los marginados y despreciados».
Por último, Mons. Zornoza hizo referencia al compromiso sacerdotal. «Nos comprometemos hoy de nuevo ante el Señor a estar despiertos, disponibles y hacernos cargos de los pobres, de cuerpo y alma. Nos comprometemos para servir como nos ha enseñado Él, siendo humilde, con actitud de aprender permanentemente. La consecuencia de la renovación de las promesas es cuidar el espíritu, viviendo la vida del espíritu, no buscando el éxito ni compensaciones, ser como Él, ser como los Apóstoles y morir con Él».