Entre el 7 y el 9 de febrero, la Iglesia en España ha celebrado el Congreso Nacional de Vocaciones, bajo el lema «¿Para quién soy?». Este evento, realizado en el Madrid-Arena, ha reunido a 3.000 participantes de 70 diócesis españolas, incluyendo a la Diócesis de Cádiz y Ceuta, representada por su obispo, Mons. Rafael Zornoza, sacerdotes y formadores del Seminario San Bartolomé de Cádiz.
El Congreso, con un enfoque en la vocación como llamada personal y comunitaria, ha sido una verdadera fiesta del Espíritu, donde los asistentes han reflexionado sobre la vida cristiana como una vocación a vivir y a servir. La apertura del evento estuvo marcada por la proyección del vídeo-clip del himno «Para quién soy yo», compuesto y cantado por el grupo Hakuna. Los periodistas Mª Ángeles Fernández y Fran Otero animaron al público a participar en una dinámica que interpeló profundamente sobre la importancia de escuchar la voz de Dios.
El encuentro también fue ocasión para la reflexión y el discernimiento vocacional. En sus palabras de bienvenida, el cardenal Mons. José Cobo destacó la importancia de las preguntas fundamentales en la vida, subrayando que el tiempo actual exige una renovación del asombro ante la llamada de Dios. En este sentido, afirmó que el Congreso tenía como objetivo despertar a los participantes a la conciencia de que «la vida cristiana es vocación», y que cada persona está llamada a una misión única.
El Congreso también presentó ponencias clave, como la de Ana Samboal y Alfonso Alonso-Las Heras, quienes subrayaron que la vocación es un don divino que se debe descubrir y responder. Además, se ofrecieron diversos itinerarios formativos sobre Comunidad, Palabra, Vocación y Sujeto, en los que participaron más de 3.000 congresistas, así como 64 talleres interactivos que profundizaron en estos temas.
La jornada final del Congreso culminó con la ponencia titulada «Un pueblo de Dios vocacional: De los sueños a los retos», donde se afirmó que la vocación cristiana es un mensaje de alegría tanto para la Iglesia como para el mundo. Mons. Luis Argüello, presidente de la Conferencia Episcopal Española, presidió la Eucaristía de envío, que marcó el cierre de este evento lleno de fe y esperanza.
Este Congreso ha sido, sin duda, un hito importante para fortalecer la cultura vocacional en la Iglesia española, ayudando a que cada uno de los participantes descubra su vocación personal y comunitaria. La Diócesis de Cádiz y Ceuta, con su presencia activa, ha sido parte de este importante paso hacia una Iglesia misionera y vocacional, que sigue respondiendo a la llamada de Dios con alegría y compromiso.