La Asociación Católica de Propagandistas organiza, el 4 y 5 de abril, en el Centro Cultural Reina Sofía de Cádiz, las V Jornadas de Católicos y Vida Pública, bajo el título «Los Medios de Comunicación Social: su compromiso con la vida y la dignidad de la persona».
Estas Jornadas pretenden resaltar la importancia que los medios de comunicación social tienen para la Iglesia y la sociedad. Es cada vez mayor la influencia que los medios tienen sobre las personas, pudiendo producir en ellas efectos positivos pero también efectos negativos. El impacto de la comunicación social es hoy día enorme. Por medio de ella las personas entran en contacto con otras personas, se forman sus opiniones y valores.
Hace tres décadas la Instrucción Pastoral «COMMUNIO ET PROGRESSIO» sobre los medios de comunicación social, señalaba que «los medios modernos de comunicación ofrecen nuevos instrumentos para que la gente se confronte con el mensaje del Evangelio». El Papa Pablo VI afirmaba que la Iglesia «se sentiría culpable ante Dios» si dejara de usar los medios de comunicación para la evangelización. Juan Pablo II definía los medios de comunicación como «el primer areópago de la edad moderna», y declaraba que «no basta usarlos para difundir el mensaje cristiano y el Magisterio auténtico de la Iglesia, sino que conviene integrar el mensaje mismo en esta ‘nueva cultura’ creada por la comunicación moderna». Hacer esto es muy importante hoy en día, no sólo porque los medios de comunicación ejercen una fuerte influencia en lo que la gente piensa sobre la vida, sino también porque en gran parte «la experiencia humana como tal ha llegado a ser una experiencia de los medios de comunicación».
Todo esto se aplica a Internet. Y aunque el mundo de las comunicaciones sociales «puede dar la impresión de oponerse al mensaje cristiano, también ofrece oportunidades únicas para proclamar la verdad salvífica de Cristo a la entera familia humana. Pensemos en las grandes posibilidades que brinda Internet para difundir información y enseñanza de carácter religioso, superando obstáculos y fronteras. Los que han predicado el Evangelio antes que nosotros jamás hubieran podido imaginar una audiencia tan vasta. Los católicos no deberían tener miedo de abrir las puertas de los medios de comunicación social a Cristo, para que la buena nueva pueda ser oída desde las azoteas del mundo» (Juan Pablo II, Mensaje para la XXXV Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, 27 de mayo de 2001, n. 3).
