El programa de Personas sin Hogar de Cáritas Diocesana de Cádiz atendió el pasado año a 716 personas
Cáritas Diocesana de Cádiz mantiene un compromiso firme con las personas sin hogar, una de las realidades más duras y visibles de la exclusión social. A través de un enfoque que combina la acogida y la atención social individualizada, Cáritas Diocesana de Cádiz desarrolla un modelo de intervención que busca no solo atender necesidades básicas, sino reconstruir la dignidad y el proyecto vital de quienes viven en la calle o en situación de extrema vulnerabilidad.
En este ámbito, trabajamos en distintas localidades de la diócesis, especialmente en San Fernando, Chiclana y Algeciras, donde equipos especializados ofrecen un acompañamiento integral a personas que viven en situación de calle, carentes de hogar. Esta intervención parte siempre de la escucha activa, el vínculo personal y el respeto a cada proceso personal. Se trata de ofrecer más que ayuda, ofrecer presencia, acogida y oportunidades de futuro.
Nuestra labor comienza cuando se establece el primer contacto y llega hasta los procesos más complejos de recuperación social. Nuestro acompañamiento está orientado a facilitar el acceso a derechos, gestionar trámites administrativos, atender situaciones sanitarias, mejorar las condiciones de vida y, sobre todo, reconstruir la confianza perdida. Nadie elige vivir en la calle, pero toda persona merece encontrar una puerta abierta, una mirada que no juzga y personas con vocación de caminar a su lado. Esta atención social se complementa con servicios complementarios (servicio de higiene, desayunos, lavandería…) en Chiclana de la Frontera que buscan mejorar las condiciones de vida de las personas acompañadas.
Junto a esta atención directa y personalizada, Cáritas Diocesana de Cádiz lleva a cabo, en San Fernando y Chiclana de Frontera, talleres socioeducativos en el proyecto «Luz y Sal» que se han convertido en un pilar fundamental de nuestra intervención social. Estos espacios formativos permiten trabajar con las personas sin hogar desde un enfoque más participativo y transformador. A través de dinámicas grupales, se fomentan habilidades sociales, se promueve el autocuidado, se fortalece la autoestima y se construyen redes de apoyo.
Los talleres, que se desarrollan de forma paralela a la intervención social, permiten romper el aislamiento, despertar inquietudes, detectar capacidades ocultas y generar espacios de seguridad donde las personas pueden volver a sentirse parte de algo. En estos espacios, más que contenidos, se transmiten certezas: que cada vida importa, que hay futuro más allá del abandono, y que es posible abrir caminos cuando alguien camina contigo.
El trabajo de Cáritas con personas sin hogar no es asistencial, es profundamente relacional. Se basa en la convicción de que el cambio comienza cuando hay alguien que cree en ti, incluso cuando tú ya no puedes. Por eso, la acción con personas sin hogar no se improvisa ni se limita a dar respuestas urgentes: se construye día a día con paciencia, cercanía y humanidad.
En un contexto donde la calle se convierte en frontera y la indiferencia en norma, Cáritas se mantiene como un refugio y un faro. No para solucionar mágicamente vidas rotas, sino para estar, escuchar, acompañar y sembrar esperanza.
La memoria de actividades del año 2024, presentada con motivo del Día de Caridad – Corpus Christi refleja que, desde Cáritas Diocesana de Cádiz, se acompañaron el pasado año a 716 personas sin hogar de las cuales 152 eran mujeres. Del mismo modo, 18 personas participaron en los 32 talleres socioeducativos que se impartieron en Chiclana de la Frontera y San Fernando.
Estas acciones de atención social son posible a un equipo de voluntariado y profesionales y del apoyo económico del Ayuntamiento de Chiclana de la Frontera, del Ayuntamiento de San Fernando y de la Junta de Andalucía.