La Diócesis de Cádiz y Ceuta cuenta con la ayuda de la asociación Spei Mater, defensores de la vida y de la dignidad de las personas desde la concepción hasta la muerte natural según la Doctrina de la Iglesia Católica.
Con esto, su objetivo es querer ser el rostro de la misericordia para las víctimas. Para ello cuentan con varios proyectos, como Proyecto Raquel, cuya misión es la sanación y reconciliación postaborto. Ofrecen a las personas implicadas en un aborto provocado, una atención individualizada a través de una red diocesana de sacerdotes, consejeros, psicólogos y psiquiatras. Esta atención individualizada supone acompañarlas en un proceso psicológico y espiritual de sanación y reconciliación.
Conocemos hoy el testimonio de Natalia:
Mi nombre es Natalia, tengo 44 años, nací en una familia católica y practicante pero me fuí alejando de Dios hasta el punto de abortar a dos de mis hijos sin remordimiento alguno.
Durante el confinamiento de 2020 comencé mi conversión (gracias al padre Fortea y a las apariciones de Garabandal) y, en mi primera confesión desde después de 20 o más, me confesé de ambos parricidios. Mi entonces, director espiritual, me puso como penitencia ayudar de algún modo a una asociación Provida pero lo tenía difícil porque, en mi ciudad no había ninguna así que, me puse a buscar por internet llamando a varios teléfonos de asociaciones sin resultado hasta que ví la web de Spey Mater y, por fin, conseguí hablar con mi querida Maribel.
En un principio llamaba para ofrecerme como voluntaria, desde mi ciudad, o bien hacer un donativo pero, no sé si Maribel «se lo olía» o realmente fue una «Diosidencia» que me nombrara el Proyecto Raquel. Ahí ví claramente que debía sincerarme con ella para poder hacerlo.
Tengo claro que, a raíz de mi confesión, Dios tuvo misericordia de mí y comenzó su perdón señalándome el camino para hacer lo correcto, así que pedí el don de lágrimas como me sugirió muy acertadamente Maribel, para asegurarme que tendrían durante el proceso un contrito arrepentimiento. Porque yo tenía fe en Dios y esperaba, por tanto, su perdón pero no el mío propio ese último es más difícil de conseguir pero también se logra.
El Proyecto Raquel es un proceso duro y amargo en unas primeras fases pero se va volviendo agridulce a medida que se avanza puesto que, indiscutiblemente, sientes el perdón Real de nuestro Padre infinitamente misericordioso.
Personalmente, al terminar el Proyecto Raquel, fui consciente de que en absoluto tengo derecho sobre ninguna vida, ni la mía y mucho menos, la de otra criatura. Porque mi cuerpo no es mío como nos han hecho creer, nuestro cuerpo es el templo de Dios, por tanto, no puedo, no tengo derecho a tener decisiones sobre él y menos cuando su Creador decidió usarlo de instrumento para llevar a cabo uno de sus mayores objetivos, que no es ni más ni menos que crear un cuerpo material a otra de sus almas que, repito, no nos pertenece.
Spei Mater se implanta en cada diócesis en los centros de orientación familiar con la autorización del obispo y en colaboración con la Delegación de Familia y Vida. En nuestra diócesis, contamos con este servicio a la Iglesia.
Contacto:
Teléfono: 618 300 383
Correo electrónico: [email protected]
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