La Solemnidad del Corpus Christi es una oportunidad única para descubrir la verdad del amor en el encuentro con Cristo Eucaristía

La Eucaristía revela la verdad del amor. Refiere el evangelista san Juan que, tras la multiplicación de los panes y los peces, Jesús se presentó como el pan vivo bajado del cielo y anunció un don nuevo de Sí: Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne por la vida del mundo (Jn 6, 51). Muchos, al no entender lo que estaban escuchando, dejaron de seguirle. En la última cena, al tomar el pan y pronunciar sobre él la acción de gracias, Jesús dio cumplimiento a la promesa hecha en Cafarnaún: el pan que Cristo entrega es Él mismo, su cuerpo ofrecido para la salvación del mundo. Lo realizado por Jesucristo la víspera de su pasión se comprende a partir del discurso del pan de vida y de la entrega que se consuma en el calvario y en la resurrección. Al instituir la Eucaristía en la última Cena, Jesús anticipó el sacrificio de la cruz y ahí reveló la verdad del amor.

No extraña, pues, que la tradición cristiana, sobre todo a partir de santo Tomás de Aquino, haya llamado a la eucaristía sacramentum caritatis (“el sacramento de la caridad”), porque es el vínculo de la perfección. El papa Benedicto XVI recuperó esta expresión para dar título a la Exhortación Apostólica posterior al Sínodo de la Eucaristía del año 2005 y explicó su significado al inicio de ese documento: «Sacramento de la caridad, la Santísima Eucaristía es el don que Jesucristo hace de sí mismo, revelándonos el amor infinito de Dios por cada hombre. En este admirable Sacramento se manifiesta el amor «más grande», aquel que impulsa a «dar la vida por los propios amigos».

La Solemnidad del Corpus Christi es una oportunidad única para descubrir la verdad del amor en el encuentro con Cristo Eucaristía. Si en este día se celebra también el día de ritas es porque la realidad del amor infinito del Señor contenida en la Eucaristía exige por su propia grandeza el signo inequívoco del amor fraterno.

Damos gracias a Dios porque en el día santo del Corpus Christi, en que se desvela la verdad del amor-caridad, la Diócesis de Asidonia-Jerez acoge un nuevo carisma y se instituye el orden de las vírgenes consagradas. Pedimos al Señor que bendiga con abundantes frutos de santidad a las mujeres que abrazarán este estado de vida.

+ José Rico Pavés

Obispo de Asidonia-Jerez

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