Presentación del Obispo auxiliar de Oviedo de «Caritas in veritate». Monseñor Raúl Berzosa Martínez, obispo-administrador de Oviedo y miembro de la Comisión de Medios de la Conferencia Episcopal Española, ha presentado esta noche en Jerez, en acto organizado por el Consejo Local de Hermandades y Cofradías, la encíclica «Caritas in veritate».
Berzosa, que ha estado acompañado por Monseñor José Mazuelos Pérez y presentado por el consejero de la Unión de Hermandades Francisco Toro, ha instado a los cofrades, como a fieles católicos de todas las comunidades, a ser "buenos samaritanos en tiempos de crisis".
La invitación esencial que convirtió en conclusión final de su intervención llegó tras el recorrido propuesto en esta relectura de «Cáritas in veritate» que precedió de un decálogo que despejó ideas claves de una cofradía hoy como que no son una ONG ni asociación civil sin más.
Insistió en que son lo que son desde Jesucristo, en la Iglesia y para el mundo, que los símbolos externos los identifican pero no deben absolutizarse, que necesitan estatutos actualizados, que necesitan continuidad, que han de ser laicos comprometidos, solidarios, comunitarios, misioneros…
Desde esa exigencias se adentró en el análisis de la encíclica explicando el sentido de su título ("no aceptes verdad sin caridad, ni caridad sin verdad"), recordando que se ha escrito para conmemorar los 40 años de la «Populorum progressio».
Del mismo modo, ha presentado cómo aborda el desarrollo humano en nuestro tiempo, de qué se habla cuando el Papa habla del "principio de gratuidad" para el verdadero desarrollo humano integral (qué desarrollo, qué derechos y deberes, qué defensa del medio ambiente).
También dejó sentado que el desarrollo de los pueblos depende sobre todo de que se reconozca que la humanidad parte de una sola familia, subrayó cómo la encíclica aborda el tema del desarrollo de los pueblos como algo íntimamente unido al desarrollo de cada hombre.
Así, terminó acercándose a la situación de la Crisis en España y a la lectura que, desde la perspectiva teológica, es preciso hacer de nuestro problema: preocupación por Dios y por el hombre unidos, la humanidad como una gran familia como imagen de la Trinidad y la necesaria renovación ética de la vida social y económica.
La exhortación a ser buenos samaritanos en estos tiempos de crisis llevó a Monseñor Berzosa a invitar a la austeridad en las comunidades cristianas, que los pobres se sientan en ellas como en casa y a un principio inspirado en San Vicente de Paúl: "los pobres sólo nos perdonarán la vejación de darles limosna, pan o abrigo por el amor y autentricidad que pongamos en ello".