Ante las noticias e informaciones que me llegan sobre ciertas charlas, encuentros y Adoraciones que se están produciendo en algunos lugares de esta Diócesis, es mi deseo que no se autoricen ni realicen en la Diócesis ningún tipo de actos que provengan de la llamadas espiritualidades de sanación, Adoraciones que no sigan las prescripciones litúrgicas, y todas aquellas espiritualidades que tiendan a reducir la fe a sentimentalismo, emotivismo y búsqueda de señales extraordinarias.
Es mi deseo que se promuevan en esta Diócesis encuentros de formación y espiritualidad en los cuales se transmita y alimente a los fieles con una sólida instrucción y formación en los contenidos de la Fe de la Iglesia.
Aprovecho la ocasión en este tiempo de Adviento, a que todos nos preparemos con María nuestra Madre, a la venida de nuestro Dios Salvador que viene a nacer en el Pesebre de nuestros corazones.