Aprovechando la celebración de la fiesta de los Mártires del siglo XX en España, instituida por S.S. Benedicto XVI en 2007, un grupo de sacerdotes y feligreses de Almería se desplazó a las parroquias de Tíjola y Serón, para hacer coincidir este día con la Jornada martirial que se celebra en la diócesis almeriense desde hace cinco años.
En recuerdo del 70º aniversario del martirio de la Sierva de Dios de etnia gitana Emilia Fernández Rodríguez, la presente Jornada martirial se celebró en su tierra natal, Tíjola, donde nació junto a los Siervos de Dios sacerdotes José Almunia López, párroco de Cuevas del Almanzora, y José Cano García, cura ecónomo de Tahal. Allí se celebró la Eucaristía en honor a los mártires beatificados en octubre de 2007; dos de ellos almerienses: Fray José María de la Dolorosa, Carmelita Descalzo de Fondón, y el beato Andrés Jiménez Galera, salesiano natural de la Rambla de Oria.
Finalizada la misa, los asistentes al acto fueron hasta el baptisterio de la parroquia, en el que se realizó la memoria martirial ante la pila bautismal donde recibieron el agua de la fe los Siervos de Dios, además de descubrir una lápida que recuerda sus lugares de nacimiento y de martirio. Especialmente fueron emotivas las palabras de un sacerdote diocesano, sobrino del Siervo de Dios José Cano, al contar que “siempre en mi casa se ha vivido el martirio de mi tío desde el perdón y la oración”; y cómo el testimonio de su martirio había sido decisivo en su vocación al sacerdocio.
Una vez en Serón, sacerdotes y feligreses se ubicaron en el lateral del templo parroquial, desde el que se divisa el lugar donde se infringió el martirio a los Siervos de Dios sacerdotes Antonio Torres García, párroco de Santiago de Guadix, y Antonio Martínez López, párroco de Serón, para oficiar la confesión de fe con el canto del Credo y la memoria martirial de los que allí entregaron su vida. Con ambos actos, la Delegación episcopal para las Causas de los Santos de la diócesis de Almería veía cumplido su objetivo de dar a conocer la vida y el martirio de quienes murieron por su fe, además de alentar el cuidado de estos lugares emblemáticos.
