A las 11 de la mañana del pasado lunes 5 de octubre la capilla de la casa de espiritualidad «Reina y Señora» acogió a un grupo numeroso de sacerdotes , acompañados de su obispo, para comenzar el curso desde el silencio y la oración. El ecónomo diocesano y párroco de la Preciosísima Sangre dirigió el retiro inicial tras el rezo de la hora intermedia.
En su intervención habló de la «necesidad de la reforma y renovación» interior de cada uno de los sacerdotes para que sirva como acicate de la reforma necesaria de la Iglesia. La reforma interior pasa por unirse fuertemente a Jesucristo y renunciar a nosotros mismos. Los ejemplos de San Juan de Ávila y santa Teresa son un buen ejemplo de santos reformadores de los que necesita la Iglesia. Sacerdotes virtuosos que invitan a ser modelo de vida cristiana. Desterrando la tibieza y avivando la caridad pastoral con deseo de cuidar y velar por lo que les ha sido confiado con ternura y cuidado.
A continuación se tuvo un espacio de adoración ante el santísimo y de silencio para ir haciendo vida e interiorizando la meditación escuchada. El retiro acabó con la comida compartida signo e instrumento de la comunión fraterna entre el clero diocesano.