Raúl Javier Fernández: “A lo largo del libro, es muy fácil que cualquier lector se sienta tocado por alguna de estas personas que han descendido al pozo del dolor”

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La editorial Círculo Rojo edita «LAS CRÓNICAS DE SANTA CLAUS: LA ÚLTIMA NAVIDAD», del joven almeriense Raúl Javier Fernández Baena. Psicólogo de formación y que actualmente realiza su vocación en un centro de neuro-rehabilitación integral y atención temprana ubicado en El Ejido.

En su último libro descubrimos a Santa Claus viviendo tranquila y apaciblemente en el Polo Norte. Tras acabar lo que parece un reparto más de regalos en Nochebuena, Santa Claus recibe la visita de un conocido muy especial para indicarle que le queda un año de vida y encomendarle una última misión. Dicha tarea consiste en visitar a una serie de personas en cuyas cartas han pedido ciertas cosas que, para su desgracia, Santa Claus no puede concederles. En un primer momento, el protagonista se niega en rotundo a visitar a esas personas, pero pronto descubrirá que la misión recibida puede ser la mayor gesta de su vida… si logra superarla con éxito.

En esta última aventura, Santa Claus tendrá que descender al pozo del dolor y el sufrimiento humano si quiere conseguir la llave que le permita llegar al cielo y reencontrarse con su amada esposa.

En esta última aventura, Santa Claus tendrá que descender al pozo del dolor y el sufrimiento humano si quiere conseguir la llave que le permita llegar al cielo y reencontrarse con su amada esposa.

En “Las crónicas de Santa Claus: La última Navidad”, Santa Claus enfrenta una crisis existencial. ¿Qué te inspiró a abordar la historia de Santa Claus de esta manera única?

Siempre me ha llamado poderosamente la atención el final de la vida. Creo que cuando lo has perdido todo, o al menos lo que más amas, y la muerte se acerca peligrosa e inevitablemente, las personas nos centramos en lo que de verdad importa. Vivimos sumidos en el día a día, las prisas, las necesidades materiales y olvidamos las preguntas transcendentales que da sentido a todo lo que hacemos.

 Santa Claus es una persona que ha llevado a cabo su labor, precisamente, porque no tuvo hijos con la señora Claus. Ese dolor por no ser padre lo transformó, durante muchos años, en la labor altruista que todos conocemos. En cada niño y niña del mundo ve a los hijos que él nunca tuvo junto a la Señora Claus. Además, quería que Santa Claus pasara por el duelo de perder a su esposa, por la soledad que experimentan las personas viudas que han perdido a su compañero vida y no tienen más vínculos con otros familiares.

En definitiva, quería que Santa Claus tuviera emociones muy humanas y que cualquier lector pudiera identificarse con él.

En definitiva, quería que Santa Claus tuviera emociones muy humanas y que cualquier lector pudiera identificarse con él. A lo largo del libro, Santa Claus tiene que visitar a personas que han pedido ciertas cosas que él no puede conceder, como por ejemplo; salud, valor, esperanza, perdón, familia… etc. Es muy fácil que cualquier lector se sienta tocado por alguna de estas personas. Yo diría que es casi imposible que el libro te deje indiferente.

¿Puedes compartir más detalles sobre la última misión de Santa Claus y cómo le llevará a descender al “pozo del dolor y el sufrimiento humano”?

El pozo del dolor y el sufrimiento son doce cosas que doce personas han pedido en sus cartas y que él no puede conceder. Recordemos que Santa Claus reparte regalos pero no hace milagros. Desde un hombre con cáncer de páncreas, hasta una niña que sufre las consecuencias de un país en guerra, pasando por una mujer que ha perdido la esperanza y está a punto de suicidarse. Otras historias, hablan de un joven con ansiedad y depresión que ha perdido el control sobre su vida y está medicado hasta las cejas. Otra historia, se centra en un adulto con un problema de adicción al sexo y que ha perdido la capacidad de amar. Otro hombre se consume por el odio hacia el asesino de su hija… ¡hasta un sacerdote que ha perdido la fe!

Las personas con daño cerebral irreversible te hacen percatarte continuamente de lo afortunados que somos por tener salud. Trabajar rodeado de personas que sufren tanto te hace mirar, sin remedio, a lo que es realmente importante en la vida.

Como psicólogo que trabaja con personas con daño cerebral y trastornos del neurodesarrollo, ¿cómo crees que tu experiencia profesional ha influido en tu escritura?

En parte tengo mucho de Santa Claus: soy una persona que ama a los niños y trabaja con ellos, pero no tiene hijos. Supongo que ese es mi punto de máxima unión con el personaje. Además de que amo la Navidad igual que Santa Claus. Las personas con daño cerebral irreversible te hacen percatarte continuamente de lo afortunados que somos por tener salud. Trabajar rodeado de personas que sufren tanto te hace mirar, sin remedio, a lo que es realmente importante en la vida.

Has mencionado que escribiste una saga de la cual solo completaste un libro y medio. ¿Existe la posibilidad de que algún día retomes esa historia o escribas más libros relacionados con “Las crónicas de Santa Claus”?

 No descarto volver sobre esa historia pero, de momento, creo que me siento muy cómodo con la Navidad y Santa Claus. Ahora mismo, tengo en el horno «las crónicas de Santa Claus: la primera Navidad» así que tengo Santa Claus y Navidad para rato.

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