
El Sínodo en el que está inmersa la Iglesia católica se ha convertido en el centro del trabajo de muchos grupos parroquiales y comunidades eclesiales. Tal es la importancia de este acontecimiento, que este año el lema para la Jornada de la Vida Consagrada, que se celebraba el pasado 2 de febrero -fiesta de la Presentación del Señor-, también está en relación con él: Caminando juntos. Bajo esta máxima los consagrados se suman de una forma especial al camino sinodal.
La celebración eucarística diocesana de esta jornada tenía lugar el pasado miércoles 2 de febrero, a las 19:30 horas, en la catedral, presidida por el obispo diocesano, D. Antonio Gómez, y organizada por la Delegación diocesana de la vida Consagrada. Comenzó con la procesión de las “Candelas” en el claustro catedralicio para pasar a celebrar la santa misa concelebrada por el vicario general y sacerdotes religiosos presentes en nuestra diócesis.
En palabras de D. Antonio a la salida de la celebración “ha sido un día magnifico, con una catedral a rebosar de vida religiosa. Sin duda, una fiesta de fe y compromiso”.