Durante muchos años, los feligreses de la parroquia de san Sebastián de Alcolea miraban con tristeza la pared blanca tras el altar de su iglesia, recordando otro tiempo en el que el sagrario se incrustaba en un monumental retablo de pan de oro, que se perdió en la Guerra Civil española, al igual que sucedió con otro tanto del patrimonio religioso del país.
Esta población de la Alpujarra almeriense, de unos 800 habitantes, se propuso a mediados del 2006, junto con el párroco de entonces, recuperar esta pieza insigne de la parroquia no sólo como un ornamento del templo, sino como seña de identidad cristiana en la que todos los vecinos de la villa se veían reflejados.
Así comenzaba una aventura en la que debían de hacer frente, por un lado, al coste de los algo más de 120.000€ de la confección del retablo. Y, por otro, los factores de una población no muy numerosa para sufragar la empresa, unido a los efectos de la crisis económica que azota a todos los puntos de la geografía nacional.
Desde entonces, hasta la fecha, se han sucedido distintas actuaciones en las que se ha comprometido la totalidad de los vecinos: venta semanal de lotería nacional, lotería de Navidad, dos o tres rifas al año coincidiendo con las fiestas patronales, venta de calendarios, venta de recuerdos con la imagen de los santos (cuadros, pins, pulseras, rosarios, placas para el coche, etc…), además de la fuente principal de ingresos: los donativos de los vecinos y oriundos de Alcolea.
A estas actuaciones, se le suma la creación, en septiembre de 2013, de una comisión de seguimiento para la construcción del retablo, integrada por el párroco y seis vecinos de Alcolea: Hernán Darío Cano Henao (sacerdote); Antonio Ocaña, Mª Luisa Ibáñez, Francisco López, Alicia Carreño, José Aranzana y Mª Dolores Fernández.
Y así, sin más apoyo que sus propias fuerzas, han conseguido recaudar más de 83.000€, con los que han hecho posible la colocación de la segunda fase del retablo. Una pieza en madera de pino rojo policromada y dorada, con oro de 23 y ¾ de quilates. En él se incluyen 4 pinturas en cuya elaboración se ha utilizado técnicas como el temple al huevo. Toda la obra es de nueva construcción, con la excepción del sagrario que se ha rehabilitado y adaptado al nuevo retablo. Un sagrario que constituye la única pieza existente del retablo original de Alcolea.
La colocación del sotobanco tuvo lugar en el año 2011. En el verano de 2013 se colocó el banco. Y a final del mismo año el sagrario restaurado. En julio de 2014 se ha colocado el tercer cuerpo que contiene las hornacinas, a falta de las columnas y el cuadro central de La Encarnación que se esperan para principios del próximo año 2015.
La firma del contrato con la empresa ACRA, S.L. de Granada (Actuaciones en Conservación y Restauración de Arte) tuvo lugar en marzo de 2008, aunque el proyecto elaborado por la misma empresa data de abril de 2006. Toda una aventura que encara su recta final.
