Para sufragar los gastos de restauración de la iglesia. La obra de teatro de Gregorio Martínez Sierra, “Canción de Cuna” (1911), sirvió para que el pasado sábado 500 vecinos de la localidad del levante almeriense de Cuevas de Almanzora completaran el aforo del teatro Echegaray, con el fin de recaudar dinero para afrontar los gastos de restauración del templo de La Encarnación. Diecinueve feligreses de la villa colaboraron en la puesta en escena de esta obra que Mitchel Leisen (1933) y José Luís Garci (1994) llevaron a la gran pantalla.
La historia transcurre en un lugar de Castilla, a finales del siglo pasado. En la puerta de un convento de clausura de religiosas Dominicas abandonan una niña recién nacida. Las monjas se quedan con ella para educarla, hasta que la adopta legalmente el médico del pueblo, uno de los pocos varones que pueden entrar a la clausura, donde se desarrolla casi la totalidad de la acción. Pasan 18 años y la niña se casa con un muchacho del lugar, con quien se embarcará en la aventura de las Américas.
Martínez Sierra fue uno de los promotores del modernismo hispano al fundar la revista Helios (1903) y la editorial Renacimiento (1907). Tanto su poesía, recogida en Flores de escarcha (1900) y La casa de la primavera (1907), como sus novelas Sol de la tarde (1904), Tú eres la paz (1906) y El amor catedrático (1910), se inscriben también dentro del modernismo.
Sin embargo, su aportación más valorada es la creación del Teatro de Arte (1916-1926), en la línea de La Barraca de García Lorca o L´Escola d´Art Dramàtic de Barcelona. Desde el Teatro Eslava de Madrid colaboró con escenógrafos como Rafael Pérez Barradas y Mateu Fontanals, y renovó la técnica escenográfica española.