El pasado 20 de diciembre, en un ambiente de recogimiento y fraternidad, el clero diocesano se reunió para la tradicional felicitación navideña en la que el obispo felicita al Clero por Navidad. El encuentro comenzó con la celebración de la Hora Intermedia, marcando un espacio de oración y meditación.
Una vez concluida la oración, pasaron al salón para una reunión informativa. En sus palabras, el obispo invitó a los sacerdotes a vivir la Navidad desde la profundidad del misterio y a evitar que esta celebración se reduzca a un simple ritual lleno de frases bonitas y dulces típicos. Subrayó que el nacimiento de Jesús, en su humildad y debilidad, simboliza la ternura de Dios que abarca a toda la humanidad. «Su nacimiento y su muerte fueron los más humildes posibles para que todos podamos caber en él», recordó D. Antonio.
Durante el encuentro, también se hizo un repaso del año pastoral, destacando importantes hitos como la programación diocesana centrada en el lema “Caminamos juntos para evangelizar”. Entre los aspectos más relevantes mencionados estuvieron la renovación de los arciprestazgos, la reestructuración de los sacramentos de la iniciación cristiana, y la pastoral de exequias, con un enfoque en la cercanía y el consuelo a las familias. Asimismo, se puso de relieve la necesidad de trabajar en unidad para impulsar la pastoral vocacional, considerada como un eje transversal en la misión evangelizadora.
El obispo resaltó con gratitud que la economía diocesana ha dejado de ser un motivo de preocupación, lo cual permite centrar todos los esfuerzos en la labor evangelizadora. Además, se celebraron los frutos del Jubileo de la Catedral y se anunció la próxima apertura del Año Jubilar el 29 de diciembre, un acontecimiento que llenará de gracia a toda la diócesis.
El encuentro concluyó con un turno de ruegos y preguntas, seguido de una comida fraterna, donde los sacerdotes compartieron momentos de convivencia, fortaleciendo los lazos de comunión y misión pastoral en la diócesis.