El 2 de noviembre, la Iglesia celebró la conmemoración de los fieles difuntos, donde se nos recuerda la comunión y la obligación de los cristianos para con los que, bautizados e incorporados a la Iglesia y hoy, separados temporalmente por la muerte, pueden estar necesitando de la ayuda de la oración y los sufragios ofrecidos por ellos, al mismo tiempo que pueden ser nuestros intercesores ante el Señor Misericordioso.
Siguiendo esta tradición de la Iglesia, la comunidad parroquial de san Andrés de Fondón celebró esta conmemoración de una forma especial este año, ya que además coincidía con el aniversario de la muerte del que fuese párroco de la localidad durante 51 años: Francisco Campos González. Su cuerpo yace enterrado en la ermita de la Virgen de las Angustias, motivo por el cual los vecinos, junto con el párroco, hicieron un sentido homenaje al sacerdote fallecido antes de comenzar los responsos en los cementerios de la villa de la alpujarra almeriense.