Los albojenses acogieron al Obispo el pasado sábado, que visitó la aldea del Llano de los Olleres y el barrio de la Loma de San Francisco. Fue una jornada festiva, marcada por el feliz término de algunas obras a las que han entregado un gran trabajo y entusiasmo cristiano.
El primero de sus destinos fue el Llano de los Olleres. En esta humilde aldea se enclava la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora del Carmen, un templo que fue construido entre 1869 y 1872 por los agricultores del lugar en agradecimiento a la Virgen por librarlos del cólera. Desde 2014, los feligreses se han afanado por detener su ruina y embellecerlo, mientras renovaban su vida parroquial. Por fin, con la venida del Obispo para consagrar el templo, culminaban esta sacrificada etapa.
El maestro de obras, D. Francisco Martínez, entregó las llaves del templo al Prelado que ordenó abrir las puertas. La asamblea litúrgica, cuyos cantos fueron guiados por el Coro Parroquial de la Concepción, disfrutó con el solemne ritual de la dedicación del templo y del altar. En el primoroso edículo, tallado por la prestigiosa escultora Dª. Isabel Oller, fueron depositadas las sagradas reliquias de los Santos Mártires, de Santa Claudina y del Beato Feliciano. Las religiosas de Jesús María de Orihuela y de hermanos de San Juan de Dios de Murcia testimoniaron la devoción a estos Santos.
La primera Santa Misa sobre el nuevo altar fue concelebrada por el Párroco, D. Antonio J. M. Saldaña Martínez; el Vicario Episcopal para el Levante, D. Carlos M. Fortes García; el Arcipreste del Almanzora, D. Rafael Zurita Jiménez y el Arcipreste de Vera, D. Domingo Fernández Navarrete que es natural de esta aldea albojense. El Párroco de Oria, D. Raúl del Águila Gázquez, ejerció de Maestro de Ceremonias. Participaron varias representaciones políticas: del Congreso de los Diputados, D. Juan José Matarí; de la Diputación Provincial, D. Óscar Manuel Liria Sánchez y D. Guillermo Casquet Fernández y del Ayuntamiento de Albox, el Alcalde D. Francisco Torrecillas y la mayoría de los ediles municipales.
Al concluir la ceremonia, la feligresa Julia Pardo Granados y el Párroco trasmitieron la acción de gracias, entregando varios obsequios al Prelado que agradeció el empeño puesto en la conclusión de las obras y exhortó a una mayor devoción hacia Nuestra Señora. Un delicioso aperitivo en el restaurado salón parroquial permitió reponer fuerzas a los presentes.
Siguiente parada, La barriada de la Loma de Albox
Tras una visita privada del Obispo al Santuario Diocesano de Nuestra Señora de los Desamparados del Buen Retiro del Saliente, encaminó sus pasos hacia la Loma de San Francisco. En este dinámico barrio lo aguardaban en la Iglesia Parroquial de la Concepción, que lo recibía con un festivo repique de campanas. Hecha la adoración al Santísimo Sacramento y revestido con los ornamentos sagrados, admiró la escultura de San Francisco de Asís recientemente bendecida en la plaza y marchó al Hogar Parroquial. El edificio del Hogar Parroquial fue levantado por el Beato Juan Ibáñez, Párroco Mártir de la Concepción, y tras una intensa remodelación ha vuelto a recuperar su uso original. Cáritas Parroquial acoge casi medio millar de necesitados en este edificio.
Fue recibido por la Directora de Cáritas Parroquial, Cruz Mármol, que le presentó al resto del voluntariado y le mostró la nueva sede. El Obispo impartió una breve plática sobre la misión caritativa en la Iglesia, recordando las principales medidas de acción de Cáritas Diocesana y pronunció la bendición. Le fueron mostradas dos artísticas imágenes del Beato Juan Ibáñez allí colocadas, tanto en el exterior como en el interior.
Los salones parroquiales fueron su siguiente destino, donde esperaban pacientemente los más pequeños de la Catequesis parroquial y sus catequistas. Las cuatro aulas y el recibidor han sido completamente remozados, siendo objeto de la bendición del Obispo.
Los niños acompañaron al Prelado al templo parroquial, donde le dirigieron una enternecedora bienvenida y le regalaron un pequeño abeto. Los jóvenes, que recibieron la Confirmación el mes pasado, le entregaron una colecta realizada por ellos mismos. También le obsequiaron con una xilografía de Monseñor Meoro Sánchez, el Obispo que dedicó la Parroquia a la Purísima Concepción en 1856. El Coro de las Misas de Gozo le regaló su primer disco e interpretaron, para regocijo general, algunas de sus famosas canciones. Durante su intervención, el Prelado habló acerca de los retos que plantea la acción catequética en nuestro tiempo y animó a los fieles a dar público testimonio de su Fe.
Antes de partir, el Obispo recibió el cariño de la feligresía y bendijo la Casa Rectoral que también ha sido remodelada.