Crónica de la Visita Pastoral del Obispo de Almería a las parroquias de Huércal-Overa

Diócesis de Almería
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La diócesis de Almería es una sede episcopal sufragánea de la archidiócesis de Granada, en España. Su sede es la Catedral de la Encarnación de Almería.

Sin dejar de hacerse presente en las distintas vicarías territoriales de la diócesis, el Obispo de Almería viene llevando a cabo visitas pastorales canónicas que simultanean unas zonas con otras. Es lo que ha hecho ahora con el contento de todas las parroquias que se agrupan en torno a la matriz pastoral de la zona, la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de Huércal-Overa, a cuyo párroco y Vicario parroquial se le han confiado las parroquias anexas de las pedanías y barriadas de este extenso municipio, algunas de cuyas poblaciones han recibido en distintas ocasiones la visita del Obispo, como las parroquias de Virgen del Carmen (Góñar); San Francisco de Paula (El Saltador) y su filial de San Francisco de Asís, dos iglesias estas últimas en las que se hicieron importantes intervenciones.

En esta ocasión le ha tocado el turno a la parroquia matriz de Nuestra Señora de la Asunción, de Huércal, visitada tantas veces por razones pastorales diversas y las confirmaciones y las parroquias de Nuestra Señora de la Soledad de Overa; Nuestra Señora de las Nieves Santa María de Nieva; y San Isidro, de la barriada de colonización de San Isidro. Una presencia de días enteros sin parar del Obispo diocesano, que comenzaba el sábado 28 de febrero en este Año dedicado a la Vida consagrada con un encuentro con las Religiosas de toda la Vicaría del Norte y Levante reunidas en la iglesia de la Residencia de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados de Huércal. Tras el acto de la iglesia que incluía una charla del Obispo y el rezo del Ángelus el encuentro se prolongó en el ágape fraterno. Hacía tiempo que no acudían tantas religiosas a un encuentro en el que estaban incluso las más ancianas, con el gran contento de las Hermanitas, anfitrionas de la ocasión. Antes de proseguir con el programa de la tarde, el Obispo quiso visitar a la madre del Obispo de Guadix, hijo de Huércal, que se encontraba hospitalizada acompañada de su hijo y otro familiares., para acercarse después desde el hospital al paraje en el que se proyecta la construcción de una ermita para la Virgen de Río, que sustituya la que se llevó en su día la riada.

A las 17,15 comenzaba en encuentro con todas Hermandades y Cofradías. Sin ellas no es posible entender la vida de Huércal-Overa, donde todo el mundo, es morado («Nuestro Padre Jesús»), blanco («Virgen de las Angustias»), o negro («Santo Sepulcro»), para seguir el orden su de desfile y sin entrar en sus antigüedad, que no es poca en una tierra cristiana, hasta los últimos años cincuenta perteneciente a la diócesis de Cartagena, que conserva usos y tradiciones que la acercan a la tierra murciana con la que limita. No sólo estuvieron las cofradías clásicas, también alguna de novedad y de impronta juvenil, deseosa de aportar testimonio y actualidad a una rica historia religiosa.

A las 19 h. comenzaba la Misa estacional, concelebrada por los sacerdotes locales y secretario particular del Obispo. La iglesia parroquial de la Asunción estaba llena de fieles, que acudían a la misa con la que oficialmente inauguraba la Visita. El prodigioso conjunto escultórico del Paso Blanco, obra del escultor valenciano Francisco Bellver (1812-1890), presidía desde el crucero la iglesia. Se celebraba el triduo a la Virgen de las Angustias tan admirado por el Obispo y que desde su llegada a Almería nunca ha dejado su despacho.

El martes 3 de marzo el Obispo llegaba a las 11,30 h. a la puerta del Hospital comarcal de «La Inmacualda», donde le esperaban algunos médicos y personal sanitario acompañados por el párroco y Vicario regional de la zona Norte y Levante don Francisco Ruiz Fornieles, el capellán don Juan José Membrives y la religiosa asuncionista asistente pastoral desde 2007, hermana Madeleine Marcoux Beltrán y Puga. Fue un recorrido exhaustivo por salas y dependencias administrativas, acogido el Obispo con afecto y respeto, sabiendo todos el aprecio que los internados tienen de la atención que se ofrece a los enfermos, que es incluso solicitada por ciudadanos internados anglicanos o reformados de otros países de la Unión Europea que no tienen capellán cercano. Todo con el mayor respeto a quienes no son cristianos o pertenecen a otras religiones. El Obispo, que agradeció vivamente la atención de los facultativos y personal sanitario, no dejó de dispensar el sacramento de la Santa Unción a algunos de los enfermos que así lo habían pedido acompañados de sus familiares, agradecidos por la cercanía y la suerte de ser el Obispo el que atendía en momentos tan críticos a los enfermos.

A las 13 h. le esperaban en el Ayuntamiento para la visita institucional de cortesía y buen entendimiento. Es un municipio grande que ronda los 20.000 habitantes distribuidos en entre la Villa y las barriadas y pedanías, núcleos poblacionales que han tenido históricamente su significado social como lo acreditan algunas de sus iglesias históricas. El Obispo fue obsequiado con un lote de libros relativos a la historia de la Villa huercalense, que justamente celebraba en la fecha el «Día del Villazgo», en recuerdo de la independencia municipal de Lorca, la ciudad murciana a la que estuvo unida. El Obispo obsequió a la Alcaldía con el libro catálogo del Patrimonio diocesano y el libro de la historia del Seminario Conciliar. Lejos de todo compromiso político estos contactos institucionales con las corporaciones de signo político diverso, se están mostrando de gran utilidad para el buen entendimiento en beneficio común de los ciudadanos, cuya historia creyente no puede ser ignorada, origen del patrimonio histórico-artístico más valioso. El Alcalde entregó al Obispo un amplio estudio realizado recientemente por la empresa Rehabitec con mutuo acuerdo de Obispado y Ayuntamiento sobre Estratigrafía muraria de la iglesia de la Asunción.

El Obispo quiso ver de cerca la restauración del monumento en mármol blanco macael al párroco Salvador Valera Parra, el santo «Cura Velera», predicador y catequista, padre de enfermos y necesitados, modelo de sacerdotes; y cuya efigie preside la plaza de la iglesia que lleva el nombre frente a la Iglesia y en proceso de beatificación, que se espera dé un gran avance con el reciente proceso sobre el milagro que se atribuye y que se ha cerrado positivamente en su fase diocesana, con la subrogación del Obispo de Almería en el Obispo de Providence (EE.UU. de América), donde aconteció salvando la vida de un recién nacido clínicamente muerto.

El momento más alegre de la jornada llegaba a comienzo de la tarde, después de la comida con el clero local, en el encuentro con los niños de 2º y 3º de Primaria, preparado como opción ante la falta de tiempo para poder pasar a su hora por las clases de Religión. Son los niños que recibirán este año la Primera Comunión en la parroquia de la Asunción. El Obispo tuvo con ellos una catequesis breve y amena, que incluyó palabras para los padres de los niños presentes y las catequistas y terminó con unas oraciones y canto a la Virgen. Algunos niños le presentaron dibujos hechos por ellos para la ocasión y le ofrecieron sus pancartas sencillas y llenas de cariño. El acto terminaba con la bendición de todos los niños uno por uno, lo que le llevó su tiempo al Obispo que se paraba a hablar con padres y catequistas a los cuales bendijo igualmente. Luego las fotografías por grupos con unos y otros. La iglesia parroquial era un hervidero de críos y de felicidad de los padres. No faltaban tantos niños hijos de emigrantes, con sus padres, hispanos que se han empleado en la zona y han afrontado la crisis social con constancia y sacrificio.

Eran 17,30 h. cuando el Obispo entraba en el salón parroquial para la asamblea abierta con los distintos grupos de fieles y movimientos eclesiales. Esta asamblea es siempre del mayor interés del Obispo, porque los diversos grupos pueden exponer su propia vida parroquial y sus compromisos, dificultades y metas que se proponen en la evangelización de la sociedad.

La jornada terminaría con la Misa en la parroquia de Nuestra Señora de la Soledad de Overa, que le recibía alborozada. La iglesia primorosamente adornada acogía la misa del Obispo como fiesta mayor. Hubo bienvenida de los fieles y preces muy preparadas. El Obispo resaltó el significado de la Cuaresma como tiempo de conversión al hilo de las lecturas del día, insistiendo en la necesidad de transmitir la fe a los niños y vivir de forma acorde con el Evangelio la vida familiar. Al final de la Misa el ángelus y la oración por los difuntos, concluyendo con el canto a la Patrona, la Virgen de la Soledad. Luego saludos personales y fotos con los niños, ágape fraterno a modo de cena improvisada en mesa gigante que los fieles habían dispuesto aportando sus mejores tortillas españolas como obsequio al lado de empanadillas y pinchos, bebidas y no poca alegría. En un ambiente distendido y cordial los fieles expusieron las necesidades religiosas que sienten cuando se compara su situación de hoy con la atención del cura del pequeño pueblo que ya no es posible. Era ya tarde cuando el Obispo regresaba a la capital diocesana.

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