El Vicario Episcopal para la Pastoral y el Clero, Manuel Pozo Oller, mantuvo la semana pasada una reunión con algunos de los miembros de CECO (Ciegos Españoles Católicos): una Asociación erigida canónicamente por la Conferencia Episcopal Española, el 28 de noviembre del 2008. Se encuentra integrada en FIDACA (Federación Internacional de Asociaciones de Ciegos Católicos) y su patrón es Manuel Lozano Garrido, «Lolo».
Tuvo sus inicios en la diócesis de Zaragoza en 1993, con un reducidísimo grupo de personas con discapacidad visual y sin discapacidad. Se trata, en definitiva, de una asociación integradora dentro de la Iglesia Católica en España. Por lo que no se excluye a las personas de sus comunidades o grupos de oración, sino que intentan ayudar más a la integración en esos grupos.
Los objetivos de CECO están dentro del espíritu del Concilio Vaticano II, en tanto en cuanto buscan la promoción espiritual, moral, cultural y material de las personas con discapacidad visual; la participación de las personas con dicha discapacidad en la vida y en la misión de la Iglesia por el testimonio y la propagación del Evangelio; la creación o el desarrollo de comunidades diocesanas de personas con discapacidad visual. Y además manteniendo relaciones con otras asociaciones católicas de ciegos, tanto nacionales como internacionales.
Fue este itinerario precisamente el que marcó la reunión entre el Vicario y los miembros de CECO, quienes presentaron las propuestas interactivas con las que se pretende facilitar la participación de personas invidentes en la vida cotidiana de la Iglesia. Las aplicaciones en telefonía móvil o Internet (la oración del Rosario, la Liturgia de las Horas, el Misal, etc.), además de las peregrinaciones a los lugares santos del planeta, fueron algunos de los proyectos que presentaron, para que, en palabras de su representante, Ignacio Segura, «las palabras y las vivencias se conviertan en nuestra vista».
Así pues, los medios de acción de CECO son reuniones, congresos, peregrinaciones, sesiones, diversas publicaciones y todos los demás medios de acción apropiados a este tipo de usuarios. Su financiación se realiza por medio de las cuotas voluntarias de sus socios, donaciones y acciones que realizan conjuntamente: rifas, festivales, etc.
Actualmente son 325 personas las integran esta asociación, en las que también se encuentran sacerdotes y religiosas con esta minusvalía. De ahí que sus proyectos, aprovechando las facilidades de las tecnologías de la comunicación, se encaminen en la integración de los católicos invidentes en el ritmo normal de la vida de piedad de la Iglesia.
En la diócesis de Almería comenzaron su trabajo en el 2004. Y desde entonces, hasta el día de hoy, no han cesado en su empeño de llevar a Cristo por los cauces que posibilitan los avances de las nuevas tecnologías de la comunicación.
