Como viene siendo habitual, la festividad de San Juan de Ávila, sirve para felicitar y celebrar las bodas de plata y oro sacerdotales en el contexto del patrón del clero secular. Este año agradecíamos la vida entregada y el sacerdocio de D. Antonio Arturo García Polo y de D. José Antonio Felices Álvarez ordenados ambos el 2 de octubre de 1966 (bodas de oro) y de D. Tomas Cano Rodrigo que era ordenado sacerdote el 1991, celebrando así su bodas de plata sacerdotales.
En la misa celebrada en la catedral, en la que se impuso el fajín y la birreta a Monseñor Bernardo Ávila, el obispo tuvo un recuerdo especial para ellos, que concelebraron la Santa Misa. En su homilía el obispo decía: “Aunque tenemos un presbiterio notablemente joven en el conjunto de las Iglesias diocesanas de nuestro país, son bastantes los sacerdotes que ya han superado con creces el largo servicio de años entregados al ministerio pastoral, mediante el servicio de la predicación y la dispensación de los sacramentos junto con el pastoreo de la comunidad, un servicio que el Buen Pastor premiará abundantemente a cuantos dejaron todo por él y el Evangelio.”
En la comida fraterna, el Vicario para el clero, D. Manuel Pozo Oller, hizo entrega de unos detalles a los homenajeados y todos los compañeros pudieron dar la enhorabuena y compartir la alegría de su presencia en el presbiterio diocesano.