Almería vive con fervor la Romería de Torregarcía, presidida por el Obispo

Diócesis de Almería
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La diócesis de Almería es una sede episcopal sufragánea de la archidiócesis de Granada, en España. Su sede es la Catedral de la Encarnación de Almería.

Ayer, la playa de Torregarcía fue el epicentro de la fe y la devoción almeriense durante la tradicional Romería en honor a la Virgen del Mar, Patrona de Almería. Este evento, considerado como la primera romería del año en España, reunió a miles de fieles en una jornada marcada por la espiritualidad y la convivencia.

La Romería comenzó con una peregrinación desde el Santuario de la Patrona, en el corazón de Almería, hasta la costa donde, según la tradición, apareció la Virgen en 1502. Este trayecto, que partió tras la tradicional Misa de Romeros, estuvo acompañado por cantos, oraciones y la alegría de los fieles.

La celebración alcanzó su punto culminante con la Santa Misa, presidida por el obispo de Almería, monseñor Antonio Gómez Cantero, en la ermita de Torregarcía. Durante la Eucaristía, el prelado invitó a los presentes a profundizar en su fe y a reconocer en la Virgen del Mar un modelo de entrega y amor a Dios. Sus palabras resaltaron la dimensión religiosa de este acto: “Hoy renovamos nuestro compromiso como comunidad cristiana, siguiendo el ejemplo de María, quien siempre nos guía hacia su Hijo”.

“Por el mar nos vino la fe, el cristianismo, la Virgen, los Varones Apostólicos. Hoy termina la Navidad, aunque hace días que hemos quitados belenes y adornos, con el Bautizo de Cristo. Vamos a recordar hoy nuestro bautismo y los compromisos que con él adquirimos. Recordad que son tres las Epifanías que celebramos en torno a Jesús: la adoración de los pastores, la de los Magos de Oriente (la más conocida) y la del bautismo del Señor en el Jordán. Hoy día 12 de enero conmemoramos esa celebración litúrgica”, afirmó el pastor diocesano.

La Romería no solo celebraba la devoción mariana, sino también la identidad almeriense, reforzando los lazos entre fe y cultura. Como es costumbre, la jornada culminó con la procesión  en la que la imagen de la Virgen fue trasladada de regreso al Santuario en la ciudad, recorriendo las calles principales mientras cientos de devotos se unían en oración y canto.

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