
El pasado fin de semana, 65 profesores de Religión Católica de la diócesis de Almería participaron en la Jornada Jubilar “Educadores de Esperanza”, celebrada en el Santuario de la Virgen del Rocío, en Almonte, Huelva, junto a más de 600 docentes de toda Andalucía. Esta peregrinación se enmarca en el Jubileo de la Esperanza convocado por el Papa Francisco para este año, y se convirtió en un momento de encuentro, formación y vivencia espiritual.
La expedición almeriense llegó a la aldea del Rocío el viernes, con el objetivo de disfrutar de una jornada previa de formación bajo el título «Aproximación al patrimonio cultural, artístico y espiritual de la Iglesia. Una experiencia concreta: El Rocío», impartida por el D. Manuel Galán Cruz, doctor en Historia del Arte por la Universidad de Sevilla. Durante esta sesión, los docentes visitaron el Museo de la Virgen del Rocío, recibieron una explicación detallada de la ermita y participaron en una conferencia que abordó la historia, devoción y espiritualidad en torno a la Virgen del Rocío.
La jornada principal del sábado comenzó a las 9:30 horas, cuando los más de 600 profesores andaluces se reunieron en el punto de encuentro designado. A las 10:30 horas dio inicio la marcha hacia el santuario, donde fueron recibidos a su llegada, a las 12:00 horas, por D. Santiago Gómez Sierra, Obispo de Huelva y D. Teodoro León Muñoz, Obispo Auxiliar de Sevilla y delegado de los obispos de Andalucía para la Enseñanza. Tras unas palabras de bienvenida del obispo local, se rezó el Ángelus ante el camarín de la Virgen. Posteriormente, León Muñoz presidió la Eucaristía, concelebrada por el clero local y sacerdotes de otras diócesis. La celebración contó con la presencia de los presidentes de la Hermandad Matriz de Almonte y de la Hermandad de Pilas, así como del vicepresidente de la Diputación Provincial de Huelva. El Coro Rociero de la Hermandad Matriz aportó su música a la ceremonia.
Tras la Eucaristía, los participantes compartieron un almuerzo fraterno en la Casa Hermandad de Pilas. Antes de emprender el regreso a sus diócesis de origen, los peregrinos se despidieron de la Virgen con la tradicional Salve Rociera.