La celebración de la Eucaristía estuvo presidida por el Obispo de Tenerife, Mons. Bernardo Álvarez.
En dicha misa también estuvieron presentes, entre otros, el rector del Santuario del Cristo, Carlos González Quintero, el alcalde de La Laguna, Fernando Clavijo, el Esclavo Mayor y demás miembros de la misma, y la presidenta de la Junta de Hermandades y Cofradías de La Laguna, María del Mar Cabrera.
”Puesto que somos de Cristo, vivamos para Cristo” –comenzó diciendo el prelado nivariense en su homilía, haciendo referencia a la carta que abre este año el programa de las fiestas. Bernardo Álvarez hilvanó este mensaje con el Evangelio de la celebración, las negaciones de Pedro. “A veces nos pasa que somos de Cristo, como Pedro, pero lo negamos con nuestro silencio, no dando la cara o viviendo en contra de la voluntad de Dios. Las palabras de Cristo pueden resultarnos fuertes pero son necesarias en los tiempos que corren” –señaló el obispo que continuó expresando: “Hoy, si alguien manifiesta que es de Cristo, puede que lo insulten o ignoren, pero que nadie os engañe, vale la pena ser valientes. Pedro no se quedó en la negación, sino que encontró la valentía para, incluso, dar la vida por Cristo. Y lo hizo crucificado con la cabeza hacia abajo, ya que no se consideraba digno de morir como Jesús”.
Por otro lado, monseñor Álvarez recordó que la Iglesia se ha abierto camino a lo largo de la historia en medio de persecuciones. “El problema para vivir la fe no es lo externo, sino dónde estamos enraizados. Debemos estar bien arraigados en Cristo, nutrirnos de él a pesar de que vengan tempestades.” En este sentido, el prelado indicó que recientemente, en Cuatro Vientos, se hizo una pregunta: “¿Qué es lo que motiva a tantos jóvenes a reunirse en nombre de Dios, a pesar del calor, de la tormenta que vivieron, de las incomodidades a la hora de comer, dormir, etc?” La respuesta para el prelado es: la fe. “Nuestra fe no depende de que la gente nos aplauda, sino de que Cristo permanezca dentro de nosotros.” El obispo concluyó su homilía manifestando que toda la gloria ha de ir a Dios. “Todos los agradecimientos, toda nuestra gratitud hay que presentársela al Señor. Él es quien nos da la fuerza para vivir arraigados en la fe”
Posteriormente, se bendijeron e impusieron las medallas a los nuevos esclavos, 8 en total. Tras la bendición final, se procedió al tan esperado momento del descendimiento del Cristo. Este año los encargados de bajar de la Cruz a la venerada imagen fueron los sacerdotes: Jesús Manuel Gil, Norberto Hernández, Esteban Vera y Jesús Daniel González Acosta.
La celebración concluyó con el tradicional acto del besapié, momento en el que empezaron a escuchar los cañonazos y fuegos artificiales. La procesión del traslado del Cristo hasta la parroquia de La Concepción tendrá lugar esta tarde, a las 18:30 horas.
Asimismo, desde ayer y hasta el martes, 13 de septiembre, se celebrará el Quinario. Las celebraciones eucarísticas estarán presididas por el obispo de Osma-Soria, Gerardo Melgar Viciosa.
