El 24 de mayo es la memoria litúrgica de María Auxiliadora, advocación mariana difundida por San Juan Bosco, el fundador de la Familia Salesiana.
A lo largo de estos días, y especialmente el martes 24, en los centros de salesianas y salesianos en toda España se están desarrollando numerosas actividades para conmemorar esta fiesta de la Virgen.
En los más de 100 colegios y centros juveniles, que animan salesianos y salesianas, y en el cerca del centenar de parroquias, encomendadas a los salesianos, se suceden concursos, competiciones deportivas, actividades culturales y momentos especiales de oración y celebración de la eucaristía, para celebrar la fiesta de la Auxiliadora. En muchos centros salesianos se está celebrando, ahora, la novena en honor de la Virgen, que prepara a los fieles para la fiesta del día 24 o, en algunas parroquias, el domingo siguiente. Ese día, además de la misa, se organizan numerosas procesiones, por ejemplo sólo en Madrid habrá ocho, en las que participan miles de devotos.
San Juan Bosco, y la Familia salesiana por él fundada, han promovido la devoción a la Virgen, bajo el título de Auxiliadora de los cristianos, en todo el mundo. Decía el santo turinés, en 1862, que "la Virgen quiere que la honremos con el titulo de Auxiliadora, los tiempos que corren son difíciles y tenemos la necesidad de que la Virgen nos ayude a conservar y a defender la Fe cristiana".
En 1863, no sin graves dificultades, Don Bosco comienza la construcción de la hoy Basílica de María Auxiliadora, en Turín, con apenas un capital de cuarenta centavos. Cinco años más tarde el 9 de junio de 1868 se consagró el templo ya terminado.
Esta devoción no surge con Don Bosco. Con este título se veneraba a la Virgen ya el año 345, según testimonio de San Juan Crisóstomo, obispo de Constantinopla. En España, en 1492, se compone una liturgia en honor a María Auxiliadora, como gratitud de los Reyes Católicos por la toma de Granada. En las letanías lauretanas, que se rezan después del Rosario, ya estaba la invocación "Auxilio de los Cristianos, ruega por nosotros", en 1558.
Años más tarde, en 1571, tuvo lugar la batalla de Lepanto, batalla que acabó con la victoria de la escuadra cristiana. El Papa San Pío V dedicó la victoria a la Virgen del Rosario y el título de "María Auxiliadora" se incluyó en las letanías y se fue extendiendo entre la cristiandad.
En 1814, el Papa Pío VII, que había sido desterrado de Roma por Napoleón, quedó libre y entró de nuevo en Roma el 24 de mayo. El Papa, estableció que se celebrara la fiesta de María Auxiliadora ese mismo día, atribuyendo a la intercesión de la Virgen su liberación.