El Obispo de Jaén, D. Ramón del Hoyo, clausuró las Jornadas.
El Seminario Diocesano de Jaén ha acogido la celebración de las ya tradicionales Jornadas Culturales de Santo Tomás de Aquino. Organizadas por el Seminario Diocesano de Jaén, en colaboración con la Universidad de Jaén, el Centro Diocesano de Estudios S. Pedro Pascual y la Pastoral Universitaria, esta edición se centraba en el tema de la economía y la justicia en crisis.
El programa de conferencias, coordinado por el rector del Seminario, D. Pedro Ortega Ulloa y el profesor de la Universidad de Jaén, D. Fernando Moreno Bonilla, comenzaba con la ponencia sobre pobreza, desigualdad y globalización, de D. Jaime Loring Miró SJ., Profesor emérito de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de Córdoba. Al día siguiente, D. Gabriel Pérez Alcalá, Director de la Facultad de Empresariales de Córdoba realizó una descripción de la crisis económica actual. D. Ildefonso Camacho Laraña SJ, Rector de la Facultad de Teología de Granada, Doctor en Teología y Licenciado en Filosofía y en Ciencias Empresariales, también participó en estas jornadas de Santo Tomás de Aquino con su conferencia “Caritas in veritate: Aportaciones significativos para la crisis actual”.
Finalmente, la última conferencia estuvo a cargo de D. Antonio Partal Ureña, Profesor en la Universidad de Jaén, Doctor en Ciencias Económicas y Empresariales, que cerraba el ciclo de ponencias tocando el tema de la "Necesidad de otro paradigma en las finanzas: finanzas sociales”.
Tras esta última ponencia, el Obispo de Jaén, D. Ramón del Hoyo, clausuraba las Jornadas con unas palabras de agradecimiento a la organización. Además, quiso recordar a Santo Tomás en el 737 aniversario de su muerte. Asimismo, D. Ramón del Hoyo hizo hincapié en el papel de la Iglesia como experta en humanidad: “la Iglesia, según la acertada expresión de Pablo VI, es experta en humanidad. Y lo es, entre otras razones, porque siguiendo la lógica del hecho central de la historia, la encarnación del Verbo, realiza su sobrenatural misión salvífica encarnándose en la misma. Es decir, prolongando bajo la acción del Espíritu Santo, la humanidad de Dios y haciéndola actual, no en abstracto, sino atendiendo con interés supremo a las concretísimas circunstancias históricas que envuelven al ser humano en su historia”.