Con motivo de la Jornada Mundial de la Vida Consagrada.
Coincidiendo con la festividad de la Purificación de María Santísima y la Presentación del Señor en el Templo, Mons. González Montes, Obispo de Almería, presidió en la mañana de ayer la Eucaristía en la Santa y Apostólica Iglesia Catedral de La Encarnación, con motivo de la Jornada Mundial de la Vida Consagrada.
Todos los religiosos y religiosas, junto con los distintos institutos de vida consagrada que pueblan la diócesis almeriense, se dieron citan en la Catedral, para renovar su consagración ante el prelado, después de la homilía.
Monseñor Jesús Sanz Montes, Arzobispo de Oviedo y Presidente de la C.E. para la Vida Consagrada afirma que en esta Jornada Mundial de la Vida Consagrada, nos acercamos al leit motiv del encuentro que tendrá lugar el próximo mes de agosto entre el Papa Benedicto XVI y los jóvenes del mundo, que se darán cita en Madrid. También los consagrados tiene una juventud que vivir sin que les caduque la esperanza lozana y la pasión ilusionada. No se trata de una sugestión, ni de una estrategia o demagogia sino de algo que nos permite creer el célebre dicho: no años a la vida sino vida a los años.
El lema de este año, «Firmes en la fe», significa, para un cristiano, y máxime para un consagrado, estar arraigados en esa tierra que acoge las raíces y las permite nutrir a fin de que el árbol plantado junto a la buena acequia pueda seguir dando frutos en sazón. Es la fe lo que permite tener una firmeza que no es la intransigencia de los confusos ni la pretensión de los demagogos. La fe que nos pone delante de un Tú ante el cual cada instante de nuestra vida se decide. Es el Tú nada menos que del mismo Dios.