Once diáconos serán ordenados presbíteros el próximo 21 de junio en Córdoba. Mons. Asenjo Pelegrina ordenará presbíteros a once diáconos del Seminario Mayor San Pelagio el próximo sábado a las 11 h. en la Santa Iglesia Catedral. Los diáconos que recibirán las Sagradas Órdenes son: Agustín Alonso Asensio, José Antonio Jiménez Cabello, Miguel Morilla Rodríguez, Bernardo López Díaz, Ángel Cristo Arroyo Castro, Ángel Lara Merino, Javier Algar Ruiz, Jesús Criado Caballero, Sergio García Rojas, Matías Fantini Díaz y Emiliano Nguema Nguema Mbugu.
Se trata de una de las promociones más numerosas de los últimos años, un orgullo para la Diócesis de Córdoba y una llamada al mismo tiempo a una mayor implicación de todos en la Pastoral Vocacional. Son once historias muy diferentes entre si, once procedencias distintas que manifiestan que Dios llama de tantas formas como hombres hay en el mundo. Distintas edades, oficios y estudios, distintas maneras de ver la vocación, pero con un denominador común: saberse llamados por Dios a pesar de sus miserias, la seguridad de la vocación y la certeza de que Dios, que se ha comenzado en ellos esta obra buena, que es la aventura del sacerdocio, será quien la lleve a término.
Días antes de su ordenación sacerdotal, los candidatos están nerviosos, ilusionados, emocionados… una mezcla de sentimientos que se hace más o menos patente según los caracteres pero que está presente en todos ellos.
De entre los once, tres superan la treinta y han trabajado en oficio dispares como la construcción, en el caso de Ángel Lara Merino, o codo a codo con los más pobres como Agustín Alonso Asensio en la Congregación de los Franciscanos de la Cruz Blanca durante 20 años. Para él, la Iglesia “tiene que ser pobre con los pobres, porque la cercanía con ellos es lo que te hace descubrir sus necesidades, ya no sólo las humanas sino también las espirituales”.
Para ellos, la formación en el Seminario ha significado un punto clave y principal en su preparación al sacerdocio, y allí han aprendido a amar al Señor. Bernardo López Díaz manifiesta que “la formación en el Seminario ha supuesto todo para mí. Desde que entré en primero de Bachillerato en el Seminario Menor, los formadores siempre se han preocupado, en primer lugar, de que fuera una buena persona. También, han fortalecido mi formación cristiana y sacerdotal. Es el momento en que uno se llena de Dios, y donde encuentra el verdadero significado de la vocación sacerdotal para luego ser un buen sacerdote”.
Javier Algar Ruiz estuvo también dos años en el Seminario Menor. Allí “me ayudaron a cuidar mi vocación. Agradezco a Dios esta oportunidad y el haber puesto en mi camino a unos formadores y unos compañeros, de los cuales cuatro se van a ordenar conmigo. Sólo tengo palabras de gratitud. Gratitud al Semanario Menor porque fue donde aprendí la formación humana, la responsabilidad en el estudio, el afianzamiento de mi fe, una experiencia sana y verdadera de lo que es la alegría y mis primeros pasos en la dirección espiritual”.
Todos ellos celebrarán su primeras misa en su parroquia de origen en los días posteriores a la ordenación sacerdotal.
