Desde este lunes 16 de septiembre está a la venta en la Librería Diocesana el “Cantoral Litúrgico Diocesano” editado por la Delegación Diocesana de Liturgia.
Su delegado, Alejandro Pérez Verdugo, ha explicado que la idea de hacer este libro «surge de la necesidad de que los fieles contaran con una recopilación de cantos cuando el Obispo visitaba las parroquias o hermandades. Cuando comenzamos a prepararlo, nos dimos cuenta de que se podía hacer extensivo al uso de cualquier parroquia o comunidad cristiana a lo largo de todo el año, no solamente cuando fuera el Sr. Obispo».
Como señala el propio D. Jesús en la presentación del cantoral, «la publicación que ahora ve la luz responde a la necesidad de dar forma a una parte muy importante e integrante de la liturgia: la música y el cántico litúrgico; de modo que todos puedan participar mediante el canto con mayor facilidad. Los coros de música sacra tienen a veces dificultad para ayudar a los fieles a la participación y a la intervención de las asambleas litúrgicas porque suelen utilizar cantos y melodías modernas o polifónicas de difícil asimilación y ejecución para el pueblo fiel». Por eso –señala– «el cantoral es un servicio sencillo y humilde (…) a fin de que todos los fieles puedan cantar en las celebraciones sin grandes complicaciones».
«El cantoral cuenta con 85 cantos, señala el delegado, y no es nada pretencioso porque son todos cantos conocidos. No hay ningún canto que no se sepa cantar la mayoría de la gente en una parroquia. Porque este es el problema que se planteaba, que la gente no sabía seguir muchos de ellos. Están distribuidos por tiempos litúrgicos (Adviento, Navidad, Cuaresma, Pascua y Tiempo Ordinario) y todos están numerados para poder encontrarlos rápidamente. En una primera edición se han impreso 2.000 ejemplares, de los cuales, las tres cuartas partes, habían sido ya reservadas por los distintos arciprestazgos. El resto es lo que se ha puesto a la venta en la librería diocesana a un precio de coste de 3,50 euros».
Los cantos están musicalizados, tienen la letra y la música, para que pueda seguirse con el órgano o, con la guitarra. Para ello, los miembros del equipo diocesano de Liturgia, en el que hay expertos en Liturgia y músicos, se han empleado a fondo durante meses.
Alejandro Pérez insiste en la importancia de esta publicación, pues «el canto y la música forman parte de la propia liturgia, no son un añadido. A veces se usa de forma incorrecta la palabra «amenizar» la celebración cuando interviene un coro. Eso es terrible, como si hiciera falta algo externo para entretener al personal para que la Misa no sea aburrida. No, la música y el canto son parte de la liturgia».
Antonio Moreno Ruiz
