En Marruecos la Iglesia desarrolla una labor importantísima ligada a niños de la calle, allí la diócesis de Tánger abre las puertas de la catedral a los migrantes que llegan al norte del país. Es una iglesia viva, con comunidades eclesiales básicas que consiguen la armonía entre creyentes.
El Espejo de la Iglesia con la directora del Secretariado para los Cristianos Perseguidos
